Las pymes, en alerta por una medida que pidió el FMI

En tiempos en los que rige el descontrol de precios, el costo crediticio podría dispararse para las pequeñas y medianas empresas, que están alertas a los movimientos que realiza el Banco Central.

23 de marzo, 2022 | 00.05

Uno de los objetivos de la política monetaria que fija el acuerdo entre el gobierno y el FMI es alcanzar que la tasa de interés sea positiva en términos reales, es decir, que se mueva por encima de la inflación, hoy en un 52,3% interanual. En tiempos en los que rige el descontrol de precios, el costo crediticio podría dispararse para las pymes, que están alertas a los movimientos que realiza el Banco Central.

Como se especulaba en los últimos días, el Directorio del Banco Central dispuso este martes elevar en 200 puntos básicos la tasa de interés nominal anual de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días, pasando de 42,5% a 44,5%. Para personas humanas, el nuevo piso de los plazos fijos se fijó en 43,5% anual para las imposiciones a 30 días hasta 10 millones de pesos.

La autoridad monetaria que comanda Miguel Pesce efectuó la tercera suba el año, y en conjunto implicó un aumento de 650 puntos básicos. Si se toma la tasa efectiva, que implica renovar los vencimientos del plazo fijo sin retirar los intereses ganados, el rendimiento se ubica en 53,3% anual. 

Confluir hacia una tasa de interés real positiva es uno de los instrumentos para batallar contra la dolarización y fortalecer los instrumentos de ahorro en pesos. Sin embargo, la contrapartida de este tipo de políticas es el consecuente encarecimiento del crédito para las pequeñas y medianas empresas

Desde las oficinas del Central afirmaron que los aumentos se enmarcan en la estrategia de "establecer un sendero de tasa de interés de política de manera de propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local y de preservar la estabilidad monetaria y cambiaria".

Según el último informe monetario que publicó el Central, los depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado registraron, por segundo mes consecutivo, una tasa de expansión mensual positiva en términos reales (1,6%). De este modo, las colocaciones a plazo continuaron expandiéndose en términos del PIB hasta ubicarse en 6,8%. Así, el guarismo de febrero se ubicó 1,3 puntos por sobre el registro promedio de 2010-2019 y 1,2 por debajo del máximo de mediados de 2020.

A contramano, los préstamos en pesos al sector privado, en términos reales y sin estacionalidad, tuvieron en febrero una contracción mensual de 1,3%, luego de cinco meses de crecimiento ininterrumpido. La disminución del mes resultó generalizada a la mayoría de las líneas de financiaciones. 

De momento, la reacción oficial al cambio dinámica fue que el BCRA prorrogó hasta el 30 de septiembre la Línea de Financiamiento para la Inversión Productiva, la principal vía por la que se canalizan los créditos a Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs). Hasta el momento, los préstamos otorgados a través de esta línea acumularon desembolsos por aproximadamente $ 1.743 miles de millones, alcanzando a 219.000 empresas. 

Según la norma, las entidades financieras deberán mantener un saldo de financiaciones dentro de esta línea que sea equivalente, como mínimo, al 7,5% de sus depósitos del sector privado no financiero en pesos, calculado en función del promedio mensual de saldos diarios a marzo de 2022.

Qué dicen las Pymes

En conversación con El Destape, Julián Moreno, presidente de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios, sostuvo: "Seguramente que afecta la suba de tasa. Si el país crece, afecta el costo del crédito, pero digamos que si la actividad lo paga, no sería grave, aunque hace pensar dos veces la inversión". Al mismo tiempo, advirtió: "En caso de que el país reduzca el nivel de actividad, el efecto es devastador. Lo vimos en el período de Macri, donde las empresas se endeudaban para sobrevivir, y entrabas en un espiral descendente del que nunca podías salir".

Respecto al momento que atraviesa el sector productivo, analizó: "Todas las actividades vinculadas directamente al consumo interno, pueden que se vean algo afectadas porque la elevada inflación va a deteriorar el poder adquisitivo del salario y es en ese tema donde más esfuerzos debemos volcar, porque implica torcerle el brazo a las grandes corporaciones que manejan los precios internos". Aún así, fue optimista al resaltar: "Pensamos que habrá mucha actividad en Obra Pública y eso genera un derrame de actividad a muchos rubros industriales. A su vez, respecto a las tasas, creemos indispensables que se continúe con los planes de subsidios de tasas a las actividades productivas".

Aunque el gobierno dispone de esquemas de financiamiento amables para el sector, desde las compañías aseguran que aún hay pymes que no forman parte del entramado formal debido a la crisis económica que arrastra el país. En ese sentido, el empresario pyme y militante del Frente Productivo Nacional Daniel Moreira señaló que "tiene que haber políticas aún más fuertes, con crédito accesible a tasa subsidiada". A su vez, apuntó que "con el impacto de la guerra, la inflación va a afectar fuertemente", y sostuvo que "si no se toman medidas más incisivas, se podría aletargar la reactivación".

Por último, el presidente de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), Marcelo Fernández, reflexionó: "Es una preocupación obvia porque si bien soluciona que la gente no se vuelque al dólar y deje la plata en pesos, esto encarece el crédito a la pequeña y mediana empresa". Y añadió: "Nos preocupa como quedará el sistema financiero. Tenemos el apoyo del Ministerio de Desarrollo Productivo, pero hay que estar atentos a qué pasará con las pymes que no puedan recibir este tipo de asistencia".

Como sucede con el resto del escenario económico, el gobierno se encuentra en la encrucijada de elegir su propio veneno. Mientras parte de los equipos técnicos del Frente de Todos abogan por reducir el flujo de compra de divisas para bajar la volatilidad y acumular reservas, la manta corta pone en riesgo a quienes impulsan y mantienen viva la consigna de "la reactivación". El propio presidente Alberto Fernández se encarga de subrayar que el sendero de la reconstrucción productiva no se puede frenar este año, aunque será necesario calibrar de manera muy fina la política monetaria para no entorpecer este proceso.

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