Banco Central: la importación de energía se dispara y complica el nivel de reservas

En julio también tuvo fuerte incidencia la compra de bienes de capital para sostener la producción y no detener la recuperación industrial. Sin embargo, la sangría de dólares se profundiza cada vez más.

10 de agosto, 2022 | 00.05

Con un fuerte impacto de la demanda energética, las importaciones de julio superaron los U$S 8.000 millones y preocupa la pérdida sostenida de reservas en el Banco Central. En ese mes también tuvo fuerte incidencia la compra de bienes de capital para sostener la producción y no detener la recuperación industrial. Sin embargo, la sangría de dólares se profundiza cada vez más.

Según pudo confirmar El Destape, las importaciones de bienes de julio se estimaron en un valor cercano a los U$S 8.100 millones, lo que significó un incremento de 43% en términos interanuales y una caída de 5% con respecto al total registrado en el mes previo. Ya en junio se había importado por un valor de U$S 8.547 millones, un máximo histórico al igual que el nivel de exportaciones (U$S 8.432 millones).

Al revisar lo sucedido sector por sector, el incremento de la demanda energética surge como un factor determinante. En concreto, el segmento petróleo conllevó el pago de U$S 1.700 millones y trepó más de 200% desde una perspectiva interanual. Mientras tanto, la importación de electricidad creció un 180% hasta los U$S 580 millones.

Así le fue al resto de los sectores

  • Industria química, caucho y plástico: U$S 1.170 millones (+22%)
  • Industria automotriz: U$S 1.100 millones (+19%)
  • Maquinaria y equipos: U$S 645 millones (+31%)
  • Comercio: U$S 640 millones (+23%)
  • Otros industria manufacturera: U$S 250 millones (+18%)
  • Industria textil y curtidos: U$S 180 millones (+25%)
  • Alimentos, bebidas y tabaco: U$S 230 millones (+15%)
  • Industria de papel, ediciones e impresiones: U$S 140 millones (+26%)
  • Oleaginosas y cerealeros: U$S 450 millones (+6%)
  • Otros sector privado no financiero: U$S 150 millones (+10%)
  • Metales comunes y elaboración: U$S 340 millones (+4%)
  • Sector público: U$S 70 millones (-64%)
  • Resto: U$S 490 millones (63%)

Si se analiza lo que pasó a lo largo del año, las cifras hablan por sí solas. El segmento combustibles y lubricantes representó importaciones por U$S 8.800 millones, contra los U$S 3.000 del mismo mes del año pasado. La suba se traduce en una disparada interanual de casi el 200%.

Por otra parte, la categoría bienes de capital, piezas y accesorios acumuló importaciones por más de U$S 15.000 millones y se incrementó cerca del 30% a nivel interanual. En tanto, bienes intermedios demandó U$S 19.000 millones (+29%), bienes de consumo U$S 5.000 millones (+28%), vehículos automotores de pasajeros U$S 1.100 millones (+10%) y el resto cerca de U$S 400 millones (+24%). En total, las importaciones acumuladas son de U$S 49.440, un 40% más que lo registrado en el mismo periodo del año pasado.

El Banco Central, en alerta por las reservas

En lo que va de agosto, la autoridad monetaria que lidera Miguel Pesce vendió U$S 825 millones. El número sigue elevado y enciende las alarmas del Gobierno ya que en julio se habían totalizado ventas por U$S 1.275 millones. Al analizar el comportamiento del comercio exterior en los últimos meses, se percibe cada vez más el impacto de la demanda energética producto de la crisis que genera la guerra entre Rusia y Ucrania. 

Sin embargo, Pesce anticipó este martes que espera que la entidad monetaria no pierda o incluso gane reservas durante agosto, principalmente gracias a la reducción de las importaciones en energía. "Esperamos que los pagos en energía (por importación) se reduzcan en más de 600 millones de dólares en agosto para mejorar la situación en la balanza cambiaria", detalló el funcionario en diálogo con El Destape Radio.

Según su proyección, las importaciones energéticas de agosto podrían quedar "por debajo de los 1.800 millones de dólares y, en septiembre, por debajo de los 900 millones de dólares", tal como en abril pasado. De este modo, rechazó que en el verano pueda haber tanto gasto en importación de energía como en invierno.

Aunque evitó precisar cuánto tiempo queda para que virtualmente se agoten las reservas, descartó que exista ese riesgo al corto plazo al señalar que "el Banco Central es transparente en cuanto a los niveles de reservas y los mismos también son auditados por el Fondo Monetario Internacional. Tuvimos niveles más bajos de reservas y pudimos cumplir con nuestras obligaciones”.

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