Con el objetivo primordial de alcanzar un superávit comercial que derrame en una aumento de reservas, el flamante ministro de Economía, Sergio Massa, anunció el lanzamiento de regímenes para los sectores de agroindustria, minería, hidrocarburos por aumento de producción, y de economía del conocimiento. Sólo por exportaciones, ingresarán 5000 millones de dólares para los próximos 60 días. En simultáneo a este estímulo, se acercará la lupa sobre incumplimientos y se denunciará ante la Justicia y la unidad antilavado de Estados Unidos casos de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones, una operatoria que deteriora fuertemente los ingresos fiscales y de dólares a las reservas. También se acelerarán los programas vigentes con organismos multilaterales de crédito, que implicarían unos 1.200 millones de dólares, y préstamos nuevos por 750 millones extra.
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En cuanto a la presión sobre el tipo de cambio y la inflación, se trabajará en extender los vencimientos de deuda de corto plazo. "Lanzaremos un canje voluntario para los vencimientos en pesos de los próximos 90 días, que finalizará el martes, para el cual ya tenemos compromisos de adhesión de más del 60 por ciento", anunció el recientemente ungido titular del Palacio de Hacienda.
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El planteo es el de una economía de guerra, dentro de un mundo a merced de un enfrentamiento bélico con epicentro en Ucrania. Argentina libra una dura batalla interna con sectores concentrados de la economía que desestabilizan a través del dólar, el talón de Aquiles del país, para abultar aún más sus márgenes de ganancia. En el medio, una desordenada administración económica, que llegó a la desorientación total con la abrupta a irresponsable salida del ex ministro de Economía Martín Guzmán, estimula las maniobras de especulación y, también, de cobertura.
Los efectos del conflicto bélico, que ya lleva medio año, dispararon los precios de los alimentos y la energía, a partir de la interrupción de su suministro, lo que mantiene un doble efecto en el país. Por un lado, el negativo de una importación de energía récord en tres décadas que explica el principal flujo negativo de reservas. Y el impacto positivo, por un mayor volumen de divisas por exportación de granos. Pero este último no está pudiendo ser aprovechado porque el sector agropecuario escatima la liquidación para forzar una devaluación.
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Ambos efectos presionan sobre el tipo de cambio. Cuando faltan dólares se estanca el crecimiento y se acelera la inflación, termómetro de la transferencia de recursos que genera esa pulseada devaluatoria. "Los shocks devaluatorios lo único que producen es pobreza y enorme transferencia de recursos", ratificó el titular de Hacienda. En el último mes el Banco Central acumula ventas netas por unos 1500 millones de dólares. En sentido, se anunció un fuerte trabajo conjunto para lograr un solido superávit comercial. "Vamos a promover por DNU regímenes para los sectores de agroindustria, minería, hidrocarburos por aumento de producción, y de economía del conocimiento", sostuvo el ministro. Pero también "vamos a denunciar en la justicia argentina y la unidad antilavado de Estados Unidos casos de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones", agregó Massa.
"También se estimulará a nuevos exportadores, con programas de crédito a tasas promocionales, y un esquema de garantías para primeros exportadores. Queremos vender más trabajo argentino al mundo. Pondremos en marcha un sistema de trazabilidad de comercio exterior para mayor control y transparencia en el uso de divisas para importaciones", anunció el funcionario.
El esquema implica un adelanto de exportaciones, con las cadenas de valor de la pesca, del agro, de la minería y otros, que ingresarán en los próximos 60 días un total de 5000 millones de dólares, que pasarán a engrosar las reservas del BCRA. También habrá desembolso por 1200 millones de dólares con organismos internacionales por programas vigentes y un nuevo programa con la CAF con un desembolso por 750 millones de dólares adicionales.
La falta de divisas obligó a pisar un importante volumen de importaciones de insumos o productos finalizados, derivando esa demanda potencial del mercado oficial hacia los dólares paralelos, lo que se trasladó a mayores precios. Obtener un mayor volumen de reservas relajaría esas restricciones y la economía podría volver a moverse bajo la pauta del mercado oficial de cambios.
El alivio debería provenir de ambos frentes: reducir la demanda de divisas para energía, lo que apuestan sucederá con la finalización de la temporada invernal, y un mayor ingreso proveniente del sector exportador. En este último sentido, se encuadran las medidas para estimular el flujo neto positivo (ingreso neto) de los principales sectores que vendan al exterior con valor agregado. "Pero también controlar abusos en las importaciones", sostuvo Massa.
En el caso del sector agropecuario, los registros oficiales dan cuenta de que los productores vendieron el 48,4 por ciento de la cosecha de soja 2021/22 (44,0 millones de toneladas, lo que representa 11,7 puntos por debajo del promedio del último lustro (60,1 por ciento). Esto representa un retraso en las ventas estimado en 5,1 millones de toneladas. La retención estimada de soja a la fecha equivale aproximadamente a unos 3078 millones de dólares.
"Se detectaron maniobras por mecanismos de triangulación. Con sobrefacturación de importaciones y subfacturación de importaciones. Es decir, se apropian de dólares que muchas veces las pymes piden para máquinas o las personas para medicamentos o equipo de Salud", afirmó el funcionario. Para ello se va a abrir un período de 60 días para que rectifiquen su posición frente a la Aduana. Son más de 13.000 operaciones de 722 empresas que compraban producto a un precio y lo pasaban por firmas (sellos de goma) para volverlos a ingresar al país.
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El gobierno recibió además cuatro ofertas de REPO para fortalecimiento de reservas y recompra de deuda soberana. Esto se debe a que buena parte de las letras del Tesoro están en poder de bancos y fondos de inversión que, de no aceptar su renovación (de manera mensual), se van al dólar como refugio y presionan sobre el tipo de cambio. Esta situación obliga a ofrecer tasas de interés cada vez más altas, lo que incrementa aún más ese volumen de letras.
Para evitar nuevas corridas, Massa propondría la posibilidad de canjear esas letras por títulos públicos con vencimientos a 2026. Este mes habrá vencimientos por 500.000 millones de pesos y en septiembre habrá que renovar un billón de pesos. "Lanzaremos un canje voluntario para los vencimientos en pesos de los próximos 90 días, que finalizará el martes, para el cual ya tenemos compromisos de adhesión de más del 60 por ciento", aseguró el ministro de Economía.
Por último, tal como informó este medio, se recibieron ofertas de tres instituciones financieras internacionales y de un fondo soberano. Según pudo saber El Destape, Massa recibió propuestas de tres gigantes de la banca financiera globales, entre ellos el JP Morgan, para poner a disposición una entre 1000 y 3000 millones de dólares a través de una operación de intercambio de títulos. Las medidas permitirían bajar las tensiones cambiarias y sus efectos en la inflación. La intención de Massa para bajar el nivel de suba de precios se enfoca en la dificultad que encuentra el país para sortear la restricción externa.