La Argentina posee una menor proporción respecto del Producto Bruto Interno (PBI) de déficit total a comparación del promedio de las economías emergentes y de ingresos medios; y una "presión fiscal" menor que las principales potencias, según se desprende del nuevo informe de monitoreo fiscal que el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó este miércoles en el marco de las reuniones anuales del organismo y del Banco Mundial. El FMI estimó que el déficit total del país (primario y financiero) será de 3,5 por ciento del PBI para este año y de 3,3 por ciento en 2023, con una reducción frente al 4,3 por ciento de 2021.
Dicha cifra es menor al promedio de todos los países emergentes y de ingresos medios previsto para este año (6,2 por ciento), al igual que la media en los países latinoamericanos (4,2 por ciento) y los países emergentes que forman parte del G20 (7,3 por ciento). El porcentaje también es menor frente al promedio de economías avanzadas (3,8 por ciento), en las que países como Estados Unidos, Francia, España, Reino Unido e Italia poseen un déficit proyectado de entre 4 y 5,7 por ciento.
Respecto del déficit primario (que excluye los intereses de la deuda pública), se prevé que el mismo se reduzca del pico de 6,2 por ciento de 2020 (año en el cual países como Estados Unidos llegaron a déficits de hasta 14,5 por ciento) y del 2,5 por ciento del año pasado, a 1,9 por ciento para este año, 1,4 por ciento en 2023, 0,5 por ciento en 2024 para, finalmente, registrar un superávit primario de 0,5 por ciento en 2025, el cual el FMI estima que llegará al 2 por ciento en 2027.
Dichas cifras son incluso más bajas de las metas comprometidas por el Gobierno con el FMI en el programa firmado en marzo último, el cual estipula un déficit primario de 2,5 por ciento en 2022, 1,9 por ciento en 2023, 0,9 por ciento para 2024 y 0 por ciento para 2025.
Al igual que en el caso del déficit total, el déficit primario previsto para este año y el próximo es menor que el promedio de las economías emergentes (4,3% para 2022 y 3,3 por ciento para 2023) y de las economías avanzadas (2,4 y 2,3 por ciento). Por otro lado, el FMI también difundió estimaciones respecto de la recaudación (también conocida como “presión fiscal”) y al gasto público.
Se espera que la recaudación del país caiga de 33,5 por ciento del PBI en 2021 a 33 por ciento este año, número que se reducirá a 32,3 por ciento en 2023, para luego repuntar nuevamente. Dicha proporción es superior al promedio de todos los emergentes para este año (25,1 por ciento), pero es similar a los países emergentes europeos (33,6 por ciento) y latinoamericanos (27,9 por ciento), al igual que Estados Unidos (33,4 por ciento) y Brasil (31,8 por ciento).
En tanto, es menor que el promedio de las economías avanzadas que llega al 37,4 por ciento, y al de la Eurozona, el cual promedia 46,9% con países como España, Italia, Alemania y Francia llegando al 44, 48,6, 46,4 y 53,3 por ciento respectivamente. Por su parte, el FMI estima este año un gasto público del 36,6 por ciento del PBI para Argentina (1,3 puntos menos que en 2022) y del 35,6 por ciento en 2023.
La cifra, en este caso, es ligeramente mayor al promedio de los emergentes de este año (31,2 por ciento) y menor al de las economías avanzadas (41 por ciento, alcanzando el 50,7 por ciento en la Eurozona). Por último, la deuda bruta del país, según el FMI, será de 76 por ciento del PBI este año, cifra menor al 102,8 por ciento de 2020 y al 80,9 por ciento de 2021, al igual que la registrada en 2018 (85,2 por ciento) y 2019 (88,8 por ciento) durante los últimos dos años de la administración de Mauricio Macri.