Tres turbinas eólicas experimentales comenzaron a producir energía eléctrica en distintos puntos de Tierra del Fuego, según confirmaron hoy fuentes oficiales de la Universidad Nacional de la provincia (Untdf).
Se trata del avance más significativo del proyecto que lleva adelante el Energat, un consorcio conformado por la casa de estudios fueguina y la Cooperativa Eléctrica de Río Grande que provee el servicio domiciliario en esa ciudad.
Las tres turbinas, de un total de cuatro instaladas, se encuentran en Río Grande, en el municipio de Tolhuin y en el paraje de Radman, ubicado en la zona central de la isla en el límite con Chile.
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La turbina de 5 KW que se puso en funcionamiento en Radman funciona fuera de la red de distribución convencional y permite entregar energía las 24 horas a las oficinas de Gendarmería Nacional, la Dirección de Migraciones y la AFIP del puesto fronterizo.
Por su parte la turbina de 30KW situada en Cabo Domingo, cerca de Río Grande, produce energía para la red de distribución pública y la de 5 KW instalada en Tolhuin genera energía que acumula en su propio banco de baterías, explicaron voceros de la Untdf.
De este modo el 75% del proyecto ya está en marcha y se han superado las primeras etapas y más complejas, explicó Pablo Lerzo, el ingeniero y director técnico del proyecto.
Por un lado se ha logrado el proceso de adquisición, es decir la compra y entrega de las turbinas. Y por otro lado, se han resuelto los inconvenientes de tipo administrativo, regulatorios y ambientales para permitir que las cuatro turbinas estén cada una ubicadas en las locaciones que el proyecto proveía, agregó.
El especialista comentó que la puesta en marcha de los dispositivos se encuentra en una etapa experimental y que la experiencia permitirá estudiar fenómenos como el congelamiento en la producción eoloeléctrica, es decir, cómo incide la formación de hielo y la acumulación de nieve en los bordes de las palas de estas turbinas, lo cual sabemos que acorta su vida útil y afecta la producción, detalló.
A su vez, se analizan los efectos de la corrosión salina sobre los motores expuestos a vientos con altos contenidos de sal provenientes del mar.
Otro proceso que se estudia es el resultado de la erosión de micropartículas de polvo que hay en el aire y que condiciona la durabilidad de los equipos. Y también los efectos de la delaminación de las palas que están expuestas a dosis muy altas de radiación propias de la latitud en que está ubicada nuestra provincia, añadió el experto.
Según Lerzo, como consecuencia de todo este trabajo de índole científica y fruto de una investigación previa, se busca aportar información a los futuros parques eólicos que pretendan instalarse en Tierra del Fuego.
Toda esta información va acompañada del trazado de un mapa de potencial eólico que es la herramienta principal para cualquier iniciativa productiva, concluyó el investigador de la Untdf.
Con información de Télam