La aplicación de tecnología 4.0, con la incorporación a los procesos productivos de herramientas digitales, robótica, inteligencia artificial e IoT (internet of things o internet de las cosas) ya es algo habitual en el Centro de Industria X de la Unión Industrial Argentina (UIA).
Emplazado desde hace tres años en el tercer piso de la sede de la central fabril, en Avenida de Mayo 1147 de la Ciudad de Buenos Aires, la iniciativa realizada en forma conjunta con Accenture es "un centro de demostraciones tecnológicas aplicadas a casos reales", sintetizó Laura Segura, gerenta de Servicios a Socios de la UIA y responsable de Ruta X.
"Lo que se ve acá es tecnología 4.0 en vivo; no contamos qué es la Inteligencia Artificial, la mostramos", planteó en referencia a que a cámaras, empresas e interesados en general "se les muestra en casos concretos cómo impacta la tecnología y, en breve, también la sustentabilidad, porque nuestra idea es que sea un centro digital y sustentable".
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Las visitas al Centro Industria X en general están organizadas por grupos, ya sea de una cámara empresaria con sus asociados, que comparten problemáticas comunes, o bien de una empresa en particular.
En este último caso, aclaró, "pedimos que vengan todos los mandos medios" para que entre las distintas áreas "se genere una sinergia interna y empiecen a pensar los procesos de una manera diferente".
Segura explicó que se hace la simulación de un proceso productivo en una planta, cambiando las variables para ver cómo impactan en cuestiones críticas como costos, rentabilidad, manejo de almacén, entre otras.
De esa manera, agregó que "se puede simular una implementación antes que hacer un gasto que si no está bien hecho puede generar pérdidas o una rentabilidad menor".
"Por eso decimos que este lugar es inspiracional: un empresario, un ejecutivo llega y empieza a imaginarte cómo se implementarían estos procesos dentro de su empresa", destacó Segura, quien caracterizó a la tecnología como "una commodity, lo importante es cómo se usa".
Al respecto, indicó que "cada una de las demostraciones están adaptadas a un caso particular y, dependiendo de quién venga, contamos cómo podría llegarse a implementar internamente, según la actividad y sector".
"De hecho, en el tour que hacemos contamos un montón de ejemplos de empresas que han venido, de cosas que les han ocurrido acá mismo y es muy común que entre los comentarios entre ellos digan 'che, esto lo podríamos hacer de esta manera'", reveló.
Segura relató el caso de una fábrica de pinturas cuya planta se había incendiado: "cuando vieron la demostración de bioanalytics aplicada a un camión con tubos, la llevaron a su empresa y la adaptaron a las latas de pinturas para comprobar si estaban correctamente cerradas".
"De esa manera previnieron accidentes en forma inmediata, fue muy importante cómo se inspiró la empresa viendo una tecnología aplicada a otra cosa", indicó.
En otro ejemplo, añadió, "una vez vino una empresa mediana, con recursos, que estaba avanzada en digitalización. Compró un brazo robótico, el más caro, y cuando lo instaló en su planta, no se dio cuenta que superaba la capacidad de procesamiento del producto que venía desarrollando".
"Le colapsó el almacén, no vendía la producción a la velocidad adecuada", sostuvo, a manera de enseñanza para que "no se piense a una tecnología en compartimientos estancos, ya que la aplicó sin cambiar su método, lo que le generó un problema general".
Un ejemplo que, para Segura, deja en claro que "los fracasos son los que más impactan" a la hora de emprender un proyecto.
Con información de Télam