El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió hoy que la región de América Latina enfrentará este año desaceleración económica con alta inflación, en medio de tensiones sociales, y el producto bruto interno regional crecerá apenas 1,8%, mientras que la inflación será de casi 10% en promedio, según las últimas proyecciones del organismo multilateral.
En un blog oficial del FMI, los economistas Gustavo Adler, Nigel Chalk y Anna Ivanova, destacaron que "las economías de América Latina se mantuvieron bien el año pasado a pesar de los impactos de la invasión rusa de Ucrania y las alzas de las tasas de interés a nivel mundial".
En 2022 "la economía de la región se expandió casi un 4 por ciento, el empleo se recuperó con fuerza y el sector de servicios se recuperó del daño causado por la pandemia, mientras que las presiones inflacionarias están retrocediendo en muchos países debido a los esfuerzos tempranos y decididos de los bancos centrales, así como a los precios mundiales más bajos de los alimentos y la energía", precisaron.
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"A pesar de estas noticias alentadoras sobre el crecimiento y la inflación, es probable que 2023 sea un año desafiante para la región. El crecimiento de este año está a punto de disminuir a sólo un 2 por ciento, en medio de tasas de interés más altas y la caída de los precios de las materias primas", destacaron en el texto elaborado en base a los datos de la última actualización del World Economic Outlook, que se conoció el último lunes.
En particular, para la Argentina espera un crecimiento de 2% y una inflación del 60%, acorde con el presupuesto presentado por el Poder Ejecutivo Nacional.
Además de la desaceleración interna, que lleva a disminución en la creación de empleo y la baja en la confianza de los consumidores de la región, el crecimiento también se verá frenado por factores externos, como la ralentización de los socios comerciales, en particular Estados Unidos, y la zona del euro.
Además, los riesgos a la baja, incluidos los de condiciones financieras más estrictas de lo previsto y la guerra de Rusia en Ucrania, continúan dominando en el escenario económico mundial
Por otro lado, destacaron que hubo un aumento de la inseguridad alimentaria que también es un síntoma clave de los efectos socioeconómicos duraderos de la pandemia.
Para hacer frente, el Fondo recomienda una combinación de políticas que "deben centrarse en asegurar la estabilidad económica, estimular el crecimiento y la creación de empleo", entre otras.
Asimismo, advirtió que "los bancos centrales no deben debilitar su determinación de reducir la inflación, lo que requerirá un esfuerzo tenaz".
En este sentido, señalaron que "si bien los aumentos de tasas en muchas de las economías de la región están a punto de terminar, es probable que las tasas de interés deban mantenerse altas durante algún tiempo para garantizar que la inflación regrese a la meta".
En cuanto a la política fiscal, la misma "deberá enfatizar el gasto social para apoyar a los pobres al mismo tiempo que reduce la deuda pública. Alcanzar estos objetivos requerirá la movilización de ingresos de manera progresiva, favorable al crecimiento y equitativa", remarcó.
Para los autores del blog, "la confianza en el gobierno seguirá siendo socavada mientras los ricos no paguen su parte justa en impuestos. Igualmente importante es que los gobiernos prioricen cuidadosamente el gasto y presten atención a las formas de mejorar la credibilidad de las instituciones públicas; la clave será enfatizar la buena gobernanza y la transparencia".
Por último, el FMI recordó que estos pasos más inmediatos "no deben desplazar los cambios de política más profundos que se necesitan para mejorar la productividad, incentivar la inversión y facilitar la creación de empleo", ya que tales reformas serán "el principal medio, con el tiempo, para elevar el nivel de vida de la población de la región", concluyó.
Con información de Télam