La sequía que afecta a Entre Ríos, calificada como la peor de los últimos 60 años, y precipitaciones registradas recientemente muy por debajo de los registros normales tienen efectos devastadores en la producción provincial, con retrasos en la siembra de soja que pueden determinar rendimientos de hasta 90 kilos por hectárea menos que en una situación normal, según un informe el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)
La Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Paraná del INTA presentó consideraciones ante la campaña agrícola 2022/23 de "gran excepcionalidad", que ha provocado muchas demoras en siembras de soja de segunda y hasta siembras "ultra tardías".
Las caídas del rendimiento potencial de soja "son muy pronunciadas cuando se atrasan" las siembras de soja, apuntó la delegación Paraná.
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Diego Santos, investigador del INTA referente en la temática, dijo que se reciben "muchas consultas sobre la factibilidad de resembrar los lotes de segunda, especialmente aquellos que no pueden ir a maíz por rotación o herbicidas pre emergentes aplicados".
Por eso, los especialistas avanzaron en ensayos en los que quedó demostrado que los rendimientos pueden ser de hasta 90 kilogramos por hectárea menos por cada día de demora, sumado a una gran área de soja de segunda con implantación irregular y otras de pérdida.
Los ensayos fueron con doble cultivo: entre septiembre y octubre, se sembró soja de primavera, mientras que entre el 25 de enero y febrero se implantó soja de segunda, que tuvo "un muy pobre comportamiento" comparadas incluso con sojas atrasadas pero sembradas entre 15 y 20 de enero.
Santos detalló que los cultivos sembrados en febrero a 20 centímetros entre surcos "crecieron poco, tuvieron un vegetativo lento, y algunos tuvieron enfermedades foliares en hojas, como oídio".
A madurez quedaron plantas chicas con maduración "despareja y tallo verde". por lo que no se pudo llegar a una madurez "de cosecha normal e uniforme", consideró.
En tanto, las las sojas sembradas alrededor del 20 de enero, utilizando grupos de madurez (GMs) de 5.2 a 5.5 -la forma de definir el tipo y velocidad de crecimiento que va a tener, entre 2 y 8-, llegaron "adecuadamente a madurez".
Aun así, si las exigencias empresariales o económicas obligan a realizar la siembra, el INTA recomendó "estrechar hileras, usando una densidad un 30% mayor a lo normal", y con GMs intermedios (de 5.2 a 5.8).
La siembra de GMs menores (ciclos más cortos) bajaría el techo de rendimiento que "ya de por sí es muy bajo", mientras que GMs mayores (de 6 a 7) generaría el riesgo de interrupción de llenado por heladas tempranas.
Con información de Télam