El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, sostuvo hoy que "el desafío" de las autoridades nacionales y provinciales, así como de toda la cadena avícola, es que el virus de influenza aviar "no ingrese a los circuitos productivos", por lo que se anunciaron medidas extraordinarias de prevención.
"Venimos trabajando con el sector empresario, fuerzas de seguridad, autoridades provinciales de Producción y Ambiente, para detectar rápidamente cuando hay aves con sintomatología de influenza para que intervenga el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) y se tomen medidas", indicó Bahillo.
En declaraciones radiales, el funcionario aseguró que "el desafío es que la influenza aviar no ingrese a los circuitos productivos, las granjas de engorde o ponedoras de huevos, porque mientras no ingrese no hay restricciones comerciales en los destinos de exportación, y eso es lo que tenemos que cuidar".
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Desde el sector privado, el presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), Javier Prida, manifestó que todo el sistema productivo y comercial está "en alerta" para evitar que la enfermedad ingrese al circuito comercial.
Prida realizó un reconocimiento al trabajo que realiza el Senasa: Es para sacarse el sombrero la tarea que llevan adelante desde lo técnico y lo humano; todos están extremadamente comprometidos y preocupados por esta situación".
A través de la Resolución 166/2023, publicada hoy en el Boletín Oficial, el Senasa estableció medidas sanitarias extraordinarias ante la declaración de la emergencia por Influenza Aviar Altamente Patógena.
La emergencia sanitaria prohíbe en todo el territorio nacional la realización de exposiciones, ferias, eventos y actividades recreativas que impliquen concentración y movimiento de aves domésticas, ornamentales y silvestres con cualquier motivo y finalidad; e impide la distribución o venta de aves vivas en forrajerías, agropecuarias o veterinarias.
Al respecto, Prida consideró como una medida "totalmente acertada" la decisión del Gobierno de prohibir la venta de aves vivas en forrajerías, casas agropecuarias o veterinarias.
"Es un negocio muy doméstico y familiar y al no tener la posibilidad de controlarlo fehacientemente se hace peligroso; por eso entendemos que la medida en este contexto es acertada, sostuvo.
Asimismo, Prida recordó que la industria del huevo representó en 2022 una facturación de US$ 1.300 millones con alrededor de 18.000 empleados en forma directa y 12.000 en forma indirecta; y hay mil granjas habilitadas por el Senasa que producen huevos.
Entre sus últimas medidas, el Senasa restringió además los movimientos de aves de traspatio, ornamentales y de deporte; y estableció que, ante la falta de la documentación sanitaria que ampara el movimiento de aves vivas por cualquier motivo y finalidad, se realizará su intervención, pudiendo procederse al decomiso.
En la misma línea se fijaron medidas extraordinarias para la autorización de ingreso de genética aviar al país y su traslado dentro del territorio, independientemente de la situación sanitaria del país exportador.
Asimismo, se solicitará a las autoridades de fauna provinciales que arbitren los medios necesarios para reducir la difusión del virus de IAAP a través de la fauna silvestre, limitando las actividades que favorezcan la dispersión de las aves y el contacto entre aves silvestres y personas, como las actividades de caza.
La influenza aviar es una enfermedad viral que afecta tanto a las aves silvestres como a las aves de corral, y que adquieren por contacto directo con otras aves enfermas, sus heces, plumas o con elementos contaminados.
Ocasionalmente, las personas en contacto con aves enfermas también pueden infectarse por contacto directo con aves infectadas, o con superficies y objetos contaminados por sus heces, mientras que no hay evidencia de que el consumo de carne aviar o de huevos pueda ser una fuente de infección.
Con información de Télam