En febrero de 2025, la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) asciende a $288.469,20. Este monto se compone de $218.469,20, equivalente al 80% de la jubilación mínima, más un bono extraordinario de $70.000.
El ingreso de la PUAM se ajusta mensualmente según la Ley de Movilidad, que establece incrementos en base a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el INDEC.
¿Quiénes pueden acceder a la PUAM?
La Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) está destinada a personas de 65 años o más que no lograron completar los años de aportes requeridos para acceder a una jubilación tradicional. Este beneficio, administrado por la ANSES, es de carácter universal, ya que no exige antecedentes de contribuciones al sistema previsional.
Los beneficiarios de la PUAM perciben un monto equivalente al 80% de la jubilación mínima, el cual se ajusta automáticamente cada mes conforme a la Ley de Movilidad Jubilatoria. De esta manera, el Estado busca garantizar un ingreso mínimo que permita a los adultos mayores sin aportes cubrir sus necesidades básicas.
Además del pago mensual, quienes reciben la PUAM tienen acceso a servicios de salud a través de PAMI y pueden obtener beneficios adicionales, como asignaciones familiares, siempre que cumplan con los requisitos establecidos por la normativa vigente.
Cuánto cobran los jubilados en febrero
En febrero de 2025, los haberes jubilatorios se ajustan en un 2,7%, reflejando la inflación registrada en diciembre de 2024. A partir de este incremento, los montos quedan establecidos de la siguiente manera:
- Jubilación mínima: $273.086,50.
- Bono extraordinario: $70.000.
- Total percibido: $343.086,50.
Este ajuste representa una mejora interanual del 27,6%, aunque el poder adquisitivo aún se encuentra un 3,8% por debajo del nivel registrado en noviembre de 2023. Por otro lado, la jubilación máxima alcanza los $1.837.613,62, sin incluir el bono extraordinario. Este monto refleja un incremento interanual del 54,46%, evidenciando un mejor desempeño en términos reales en comparación con los haberes mínimos.
El bono extraordinario, que comenzó en marzo de 2024, jugó un papel clave en la protección del poder adquisitivo de los jubilados y pensionados con ingresos más bajos. Sin embargo, su valor ha permanecido sin cambios desde su implementación, lo que ha provocado una pérdida del 33,6% en términos reales debido a la inflación acumulada desde ese momento.
Los beneficiarios con ingresos superiores a la jubilación mínima experimentaron un impacto más positivo en términos reales, ya que sus aumentos salariales no dependen del bono extraordinario. En cambio, los jubilados con la jubilación mínima enfrentan mayores dificultades, ya que dependen en gran medida de este bono para completar su ingreso. Esto resalta la necesidad urgente de revisar y actualizar el valor del bono extraordinario para evitar una futura erosión del poder adquisitivo de los jubilados más vulnerables.
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