El gobierno de Javier Milei abrió la importación de productos de la canasta básica con el fin de que la competencia abierta entre bienes nacionales y extranjeros permita reducir el impacto de los precios y contribuir a la baja de la inflación.
De a poco, empiezan a verse algunos productos en las góndolas de los supermercados. Entre ellos, puré de tomate, pan lactal, café, el atún, pan, pastas, cervezas y chocolates. Estos productos, en su mayoría, provienen de países limítrofes como Uruguay y Brasil, aunque también se empezaron a importar algunos artículos desde Europa.
¿Qué productos llegaron a la Argentina y qué precio tienen?
Por ejemplo, las latas de atún desmenuzado de la marca ecuatoriana “Bulnez” se venden a $985, lo que supone una diferencia significativa comparada con los $3669 que cuesta una lata de lomitos de atún de la marca nacional “La Campagnola”. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el atún desmenuzado es de menor calidad, ya que se trata del producto que se desprende durante el procesamiento de los lomitos. Otras marcas de esta conserva desmenuzada rondan los $1700.
Por otro lado, la marca “Máxima”, también de industria ecuatoriana, ofrece el atún desmenuzado de 170 gramos a $700, siendo aún más económico que el producto mencionado anteriormente.
En el caso del café, sin embargo, las cápsulas italianas de las marcas “Viaggio” y “Lavazza” se encuentran en un rango de precios más elevado, siendo ofrecidas a $9315 y $10,990 respectivamente. En contraste, las marcas locales como “Cabrales” y “La Virginia” tienen precios más accesibles, oscilando entre los $6230 y $5139.
El costo de ciertos productos importados ha disminuido entre un 15% y un 75% en comparación con los productos locales, brindando a los consumidores una opción más económica. Sin embargo, es crucial señalar que los artículos más gourmet o especializados no muestran una variación de precios tan notable. De hecho, muchos de estos productos importados suelen ser más caros que los nacionales.
¿Qué leyes se eliminaron?
La eliminación, a través del decreto de necesidad y urgencia de diciembre, la administración de La Libertad Avanza desreguló los principales resortes que existían para evitar maniobras especulativas. En resumen, eliminó la Ley de Abastecimiento, que permite controlar la oferta de productos de primera necesidad, y la Ley de Góndolas, que potencia la competencia de pequeñas y medianas empresas locales y economías regionales en igualdad de condiciones que grandes monopolios.
En particular, la Ley de Góndolas buscaba que los precios sean claros a la hora de comprar. La norma permitía además acceder a más productos regionales o artesanales de las micro, pequeñas y medianas empresas, productos de agricultura familiar, campesina e indígena, productos de la economía popular y productos de cooperativas y mutuales. El tercer objetivo espera que exista armonía y equilibrio entre los operadores económicos alcanzados por la norma para evitar prácticas comerciales que perjudiquen la competencia. Su eliminación sumó músculo a los monopolios. A esto se sumó la apertura de las importaciones, las cuales ahora se potenciarán con la eliminación de impuestos a las compras externas