Mientras en la Argentina los precios de los alimentos aumentaron en enero entre un 16 y un 20 por ciento –dependiendo la consultora que lo mida—, en el mundo esos productos volvieron a registrar una baja promedio, arrastrada por el descenso de las cotizaciones del trigo y el maíz. El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se situó en 118 puntos en enero, lo que supone una baja del 1 por ciento respecto de diciembre. “El descenso de los índices de precios de los cereales y la carne compensaron con creces el aumento del índice de precios del azúcar, mientras que solo se registraron ligeros ajustes en los de los productos lácteos y los aceites vegetales. El índice se situó 13,7 puntos (un 10,4 por ciento) por debajo de su valor de hace un año”, señala el informe de la organización.
El índice de precios de los cereales registró en enero un promedio de 120,1 puntos, lo que equivale a un descenso de 2,2 por ciento respecto de diciembre y de 18,6 por ciento por debajo de su valor de enero de 2023. “Los precios mundiales del trigo para la exportación bajaron en enero, impulsados por la fuerte competencia sostenida entre los países exportadores y la llegada de suministros recién cosechados a los países del hemisferio sur. Los precios del maíz para la exportación disminuyeron bruscamente respecto del mes anterior, como consecuencia de la mejora de las condiciones de los cultivos y el inicio de la cosecha en la Argentina, así como a raíz de la mayor oferta en los Estados Unidos de América tras una revisión al alza de las estimaciones de su producción”, destaca el informe.
Paralelamente a los precios del trigo y el maíz, en enero también bajaron los precios mundiales de la cebada y el sorgo. Por el contrario, el índice de precios de la FAO para todos los tipos de arroz aumentó otro 1,2 por ciento en enero, fundamentalmente a causa de una subida de los precios del arroz índica de mayor calidad debida al ritmo dinámico de los envíos del Pakistán y Tailandia y a las compras adicionales por parte de Indonesia.3
MÁS INFO
El índice de precios de los aceites vegetales registró en enero un promedio de 122,5 puntos, con un ligero aumento del 0,1 por ciento) respecto del mes anterior, pero aun así se encuentra un 12,8 por ciento por debajo de la lectura de enero de 2023. La estabilidad intermensual del índice de precios reflejó los efectos combinados del aumento de los precios mundiales de los aceites de palma y girasol que contrarrestó la disminución de las cotizaciones de los aceites de soja y colza.
En el caso de los productos lácteos de la FAO, el índice se situó en enero en un promedio de 118,9 puntos, prácticamente sin cambios respecto de su valor revisado de diciembre, y un 17,8 por ciento debajo del valor registrado en el mismo mes de hace un año. “En enero aumentaron las cotizaciones internacionales de la mantequilla y la leche entera en polvo, lo que casi compensó los descensos de las de la leche desnatada en polvo y el queso”, destaca el informe de la consultora.
La carne registró en enero un promedio de 109,8 puntos, es decir un 1,4 por ciento menos que en diciembre, lo que representa su séptimo descenso mensual consecutivo y una disminución de 1,2 por ciento respecto del valor correspondiente del año pasado. “Las cotizaciones internacionales de la carne de aves de corral siguieron disminuyendo en enero, debido a la persistente atonía de la demanda mundial y a las amplias disponibilidades exportables en los principales países exportadores. Del mismo modo, las cotizaciones de la carne de cerdo bajaron ligeramente a raíz de una caída de las importaciones por parte de China, en consonancia con el aumento de la producción nacional de carne de cerdo y la abundante oferta de algunos países productores”, destaca el informe.
Los precios mundiales de la carne de bovino también disminuyeron ligeramente, sobre todo a causa de los elevados suministros para la exportación de Oceanía y América del Sur. “Por el contrario, los precios internacionales de la carne de ovino aumentaron por la gran demanda mundial de importaciones y la disminución de la oferta de animales para el sacrificio en Oceanía, ya que las recientes lluvias incentivaron a los criadores a retener los animales por más tiempo”, agrega la FAO.