La pandemia significó la pérdida de ingresos de muchas familias o su reducción sustancial, al punto que el Estado le brinda asistencia alimentaria a casi 11 millones de argentinos. A medida que se recuperó el bolsillo de los hogares (con un inédito esfuerzo estatal), la inflación arrancó un espiral que aún no cede, liderada por los alimentos. Gracias a las marcaciones, los formadores de precios del sector cosecharon ganancias más que significativas. Para algunas incluso implicó el cierre de un ciclo de pérdidas millonarias iniciado con el gobierno de Cambiemos.
Las ganancias de las formadoras de precios
Arcor
Estandarte de mega utilidades a costa de los precios de los alimentos resultó Arcor, que ganó $ 5.442 millones netos en 2020 de acuerdo a los balances contables que le presentó a la Comisión Nacional de Valores. La compañía había padecido un resultado negativo de $ 196,2 millones en 2019 y otro de $ 1.555 millones en 2018.
El directorio de la firma de Luis Pagani propuso que la mitad de la ganancia sea repartida entre sus accionistas, lo que implican nada menos que $ 2.650 millones a transferir en dos cuotas, el 14 de abril y el 1 de junio. También fue elevado a consideración de la asamblea destinar otros $ 1.691,8 millones a la reserva especial para futuros dividendos. Del total, sólo guardarán el remanente de $ 1.100 millones para futuras inversiones.
Arcor se destaca como la principal en el rubro de los alimentos secos, donde acumula el 17,1% del total de la facturación, de acuerdo a un relevamiento de CEPA. Además, la empresa posee una posición dominante o más que relevante en nueve segmentos: aceite, enlatados, galletitas, legumbres, aderezos, jugos en polvo, dulces.
Molinos Río de la Plata
La que casi controla los segmentos de fideos, arroz y aceites, Molinos Río de la Plata, mostró un comportamiento similar. El gigante quedó con un verde neto de $ 1.746 millones en diciembre de 2020. Sólo en la pandemia pudo poner un punto de inflexión a tres años consecutivos de resultados negativos ($ 1.400 millones en 2019; $ 2.600 millones en 2018 y $ 1.200 millones en 2017).
La compañía de la familia Pérez Companc muestra a las claras el verdadero daño del macrismo a la economía real. En el último año de Cristina Kirchner en el gobierno había acumulado una utilidad neta de $ 1.000 millones, que se redujo a la casi inexistente cifra de $ 2 millones en el primer año de Cambiemos y luego se tornó negativa. Pese a todo esto, el PRO mantienen el apoyo incondicional de la cúpula empresaria.
Ledesma
Ledesma sufrió exactamente el mismo ciclo. En el balance anual que finalizó en mayo de 2016 registró una ganancia $ 4 millones netos, pero a partir de ahí se dio vuelta la torta. El rojo se agrandó a medida que avanzó el macrismo: perdió $ 100 millones en 2017, $ 1.200 millones en 2018 y la suma ascendió a los inéditos $ 2.400 millones en 2019.
El ingenio, que produce azúcar, jugos, frutas, carnes y granos, además de papeles, alcohol y energía, recién en 2020 consiguió despegar y marcó una utilidad de $ 736 millones. En su semestre inmediato posterior, que finalizó en noviembre, engordó las arcas como nunca lo había conseguido: ganó nada menos que $ 2.414 millones netos. Sin embargo, en rigor de verdad, el grueso de eso lo levantó en sólo tres meses. Ledesma se llevó $ 2.279 millones después de impuestos sólo entre septiembre y noviembre de 2020.
Molinos Fénix
Molinos Fénix, otra de las principales alimenticias cuyas acciones cotizan en Bolsa, amasó $ 246 millones en 2020. Esto implico un salto de casi 850% más que en 2019 y ni siquiera comparable con los $ 81 millones negativos de 2018.
Molinos Juan Semino
Molinos Juan Semino consiguió una ganancia de $ 14 millones para su semestre que finalizó en noviembre de 2020, casi idéntico guarismo al del mismo período de 2019. Este molino produce y comercializa harinas y materias primas que son luego utilizadas para la fabricación industrial, tanto alimenticia como frigorífica.
La inflación saltó al 4% mensual en diciembre y enero y 3,6% en febrero. En todos estos períodos los alimentos sufrieron variaciones por encima del promedio relevado por el Indec. Una de las claves para esta disparada estuvo de la mano del poder de mercado de los marcadores de precios.
Si bien en un principio el Ejecutivo había puesto sobre la mesa aplicar retenciones a la exportación de materias primas para así hacer frente a otro de los factores, la suba internacional, esta carta fue retirada. En vez de ello buscó dialogar con los empresarios más opulentos para menguar los aumentos.
Cómo funciona SIPRE, el programa de monitoreo de precios
Además de plantear una mesa de acuerdo de precios y salarios sectorial, el Gobierno nacional lanzó el miércoles pasado un programa para monitoreo de los precios. El Sistema de Información para la Implementación de Políticas de Reactivación Económica (SIPRE) estará a cargo de la Secretaría de Comercio, del Ministerio de Desarrollo Productivo, en el que casi mil de las empresas más grandes deberán transmitirles sus precios y stock. Con el objetivo de transparentar la cadena de comercialización, el SIPRE obtendrá datos para evitar desequilibrios entre los distintos eslabones, prevenir faltantes e incrementos injustificados de precios que afectan la economía de los hogares.