La inflación interanual de abril en la Eurozona subió una décima respecto del mes anterior, ubicándose en 7%, pero el índice subyacente marcó su primer descenso en más de un año, según los datos preliminares publicados hoy por el instituto de estadísticas Eurostat, a tan sólo dos días de la reunión monetaria del Banco Central Europeo (BCE).
Tras haber alcanzado un récord histórico de 10,6% en octubre pasado frente a la suba de los costos de la energía por la guerra entre Rusia y Ucrania y el alza de los alimentos, la inflación en la Eurozona comenzó a bajar de forma sostenida.
No obstante, tras cinco meses consecutivos en baja, el índice marcó un 7% anual en abril, frente al 6,9% de marzo y muy por encima de la meta del BCE del 2%, mientras que la comparación mensual fue del 0,7%.
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Entre los diversos componentes, los alimentos siguen liderando la lista con un 13,6% anual, aunque con un fuerte descenso respecto del 15,5% de marzo, y mayor si se tienen en cuenta sólo a los no procesados que cayeron de 14,7% a 10%.
También aumentaron los bienes industriales (6,2% frente a 6,6% de marzo) y los servicios (5,2% contra 5,1%); mientras que la energía, uno de los grandes pilares al principio de la suba de precios, ascendió 2,5%.
Sin embargo, la mirada del mercado y de los analistas se centró puntualmente en la inflación subyacente, que no incluye los valores volátiles de la energía y de los alimentos.
Este dato se reveló más persistente de lo que se esperaba en meses anteriores, y fue tenido en cuenta por el BCE a la hora de decidir continuar con las subas de tasas de interés.
En abril, este índice registró un 5,6% frente al 5,7% de marzo; la primera desaceleración en diez meses.
Entre las principales potencias, lidera Italia con 8,8% anual (+0,7 puntos porcentuales respeto del mes anterior); y le sigue Alemania 7,6% (-0,2), Francia 6,9% (+0,2) y España 3,8% (+0,7).
Además de la baja del dato subyacente, otra buena noticia para el BCE es que los bancos endurecieron las condiciones de otorgamiento del crédito en el primer trimestre, enfriando a la economía y reduciendo la necesidad de que la entidad monetaria tenga que hacer más subas de tasas.
Según el BCE, los bancos endurecieron de forma sustancial sus condiciones de préstamos, sobrepasando las expectativas, como consecuencia de una mayor precepción de riesgo en un contexto de subas de tasas y de turbulencias en el sector bancario.
El endurecimiento de los préstamos a empresas y para la compra de vivienda fue más fuerte de lo que esperaban los bancos en el trimestre anterior y apunta a un debilitamiento persistente de la dinámica crediticia, señala el organismo en su encuesta de préstamos bancarios, difundida por la agencia DPA, el cual prevé un endurecimiento adicional para el segundo trimestre, aunque más moderado.
El informe señala que un 27% de los bancos reportaron mayores restricciones, el mayor ritmo desde la crisis de deuda soberana del área en 2011, las cuales también abarcaron a las hipotecas de viviendas, siendo menos pronunciada en los créditos al consumo y otros préstamos a hogares.
El consenso es que el BCE aumentará las tasas el jueves, -algo confirmado por su economista en jefe Philp Lane, quién esta semana en una entrevista señaló que no es el momento de parar con las mismas- pero la interrogante es por cuánto.
Según indicó el economista Jamie Rush a Bloomberg, la combinación del deterioro en las condiciones de crédito y la caída modesta de la inflación núcleo, implican que posiblemente el BCE suba las tasas 25 puntos.
Si bien la mayoría espera una suba de 25 puntos, Andrew Cunningham, de la consultora Capital Economics, señaló a AFP que el BCE podría dar un golpe de efecto y dar una sorpresa agresiva con un aumento de 50 puntos.
Con información de Télam