El Gobierno nacional autorizó un nuevo aumento en las tarifas de energía que impactará sobre todo en usuarios de ingresos medios y bajos, pero que también conllevará una suba en los ingresos altos, comercios, industrias y clubes, que ya vienen golpeados por el incremento de febrero pasado. La medida, que fue oficializada en el Boletín Oficial, generó aún más preocupación en el sector comercial e industrial que enfrenta una crisis sostenida en sus ventas sumado al alza de costos. Este segmento pasará a pagar un 28,9% por el precio de la energía, pero esto se suma al aumento del 117% al 401% que sufrieron en el segundo mes del año.
¿Cómo enfrentan los comercios y pymes el tarifazo? “Pasé de pagar 160.000 de luz en febrero a 420.000 en abril y ahora me vino una boleta de 452.000”, contó un comerciante a este medio y agregó que “la situación está muy difícil porque las ventas se cayeron a pedazos”. Según dijo, la caída se se ubica entre el 30% y 40%. En la misma sintonía están las pequeñas y medianas empresas del país ya que “es muy difícil no estar a pérdida, ni siquiera pensar en ganancias, sino sin pérdida. Hay mucha actividad parada y no se alcanza a cubrir los gastos de producción, estamos viendo cómo aguantar un poco más”, compartió una referente del sector.
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En un escenario de recesión económica, el desplome del consumo, el fuerte aumento de las tarifas de servicios básicos, la suba de materias primeras/insumos y precios desregulados de los alquileres, dieron paso a un problema cada vez más acuciante para comerciantes e industriales que hacen malabares para continuar en su actividad.
Boletas impagables
Según la consultora especializada OCIPEx, los ingresos altos, comercios, industrias, escuelas y hospitales pasarán a pagar un 28,9% más por el precio de la energía desde este mes, una suba que se agrega al aumento del 117% al 401% que sufrieron estos usuarios en febrero sobre el mismo componente. Dicho centro de estudios indagó en el debate sobre si se paga “mucho o poco” por la energía en nuestro país y mostró que “el 67,8% de la electricidad que tiene contratada el gobierno es producto de los contratos que se firmaron entre 2016 y 2019 con rentabilidad en dólares del 85% al 95%”, esto implica que “con una devaluación del 118% como la de diciembre se necesitan cada vez más pesos para pagar los contratos en dólares”. Para los economistas, esto explica “a dónde va la plata del tarifazo a las y los argentinos”.
Ante tal panorama, a la preocupación por la escalada de precios en la materia prima necesaria para la producción, y la “competencia desleal” de productos importados, los comerciantes e industriales suman además el impacto de la suba tarifaria. Desde principios de año hacen frente a aumentos que en algunos casos como en panaderías, quioscos y almacenes, superan el 300% con montos que tocan el millón de pesos.
“Estamos complicados, pasamos de pagar 51.000 pesos de luz en marzo a 258.000 en mayo (+406%), de pagar 8.000 de agua a 80.000 en la boleta, la materia prima como la harina pasó de 8.200 a 12.000, y el alquiler en nuestro caso de 380.000 a 1.200.000”, contó a El Destape Gastón Mora del Centro de Panaderos de Avellaneda. El comerciante señaló además que “las ventas bajaron y no se puede trasladar tanto aumento al cliente” a la par que crece el número de panaderías que se endeudan con sus proveedores. En Almagro (CABA), Claudio Páez tiene hace años un kiosco, y con pesar cuenta su situación y la de otros comerciantes del barrio: “estamos en la lucha, en mi caso pasé de pagar 160.000 de luz en febrero/ marzo a 420.000 en abril (+286%) y ahora me vino una boleta de 452.000 de luz”. El comerciante asegura que “la situación está muy difícil porque las ventas se cayeron a pedazos”. Según contó la baja de las ventas ronda el 30%.
Al respecto, las ventas minoristas pymes retrocedieron 7,3% interanual en mayo, a precios constantes, y acumulan una caída de 16,2% en los primeros cinco meses del año. La falta de ventas fue el principal reclamo de la mayoría de los comercios relevados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) al tiempo que también se mencionó los altos costos logísticos. “Nos preocupan los costos, sobre todo alquiler y energía que subieron muchísimo y no sé si podremos pagarlos en los próximos meses”, señaló un comerciante del rubro bazar y decoración de la ciudad de Córdoba. Según la entidad gremial, las ventas en esa actividad retrocedieron 10,6% anual con un declive del 16,2% en los primeros cinco meses de este año. Asimismo, un comerciante de Mar Del Plata, del rubro, calzado y marroquinería (ventas subieron 0,4% anual en mayo, pero acumulan una baja de 9,9%) comentó que “la recesión general influye en los bajos niveles de ventas, las promociones bancarias ayudaron, pero no lo suficiente porque la gente igual no tiene plata. Y los gastos de luz, gas, impuestos e infraestructura son cada vez más grandes, por lo que cuesta mucho mantener el personal y asumir los gastos fijos”.
De acuerdo con datos de la consultora Economía y Energía, durante el primer cuatrimestre de 2024 la demanda total de energía eléctrica registró una caída de todos los segmentos (-1,7 TWh con relación al año previo, de los cuales 0,9 TWh corresponden a la caída de la demanda residencial). Tanto en la demanda comercial como en la industrial, “se verifican contracciones interanuales durante los primeros meses del año, lo cual puede vincularse a la caída en el nivel de actividad económica”. En el caso puntual de la demanda comercial, se ubicó en el mismo valor que el primer cuatrimestre de 2018, mientras que la demanda industrial volvió a mostrar una contracción interanual y resultó similar a la del año 2019.
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Lara de Alvear, secretaria general del Frente Coordinador Pyme, dijo a este portal “estamos llegando a mitad de año muy apretados, muchas empresas que están cerrando, algunas están suspendiendo y armando cronogramas de producción”. En materia tarifaria compartió que “el impacto es muy fuerte ya que en algunos comercios pasaron de pagar $92.000 de luz en diciembre a $1.124.000 en el rubro de gastronomía o en rubro inmobiliaria donde las boletas pasaron de $30.000 en febrero a $292.000 en la última factura (+870%)”. Asimismo, coincidió en que “estos gastos se dan con una baja en la facturación del 35% al 40%”.
Para la entrevistada, “todo el entramado productivo está funcionando con problemas, es muy difícil para la pequeña y mediana empresa en este contexto no estar a pérdida, ni siquiera pensar en ganancia, sino sin pérdida. En las empresas gastronómicas, en la construcción, hay mucha actividad parada, no se alcanza a cubrir los gastos de producción”. Otro punto que mencionó refiere a que “la forma de consumo también se modificó. Hasta diciembre la población en general salía varios días de la semana, había movimiento, pero en los últimos meses, desde febrero acá hasta acá solo hay actividad los sábados, ese día hay una buena recaudación, pero sin dudas no alcanza para cubrir los gastos operativos de todo el mes”. En esta coyuntura muchos comerciantes y empresarios recurren a sus ahorros para “aguantar un poco más”. Al momento el sector no tuvo canal de diálogo con autoridades del gobierno nacional, “creemos que es importante que nos reciban y conozcan nuestra realidad, de empresarios y pymes cooperativas argentinas que necesitamos respuestas”.
Por su parte, Fernando Savore, de la Federación de almaceneros de la provincia de Buenos Aires, señaló, “en marzo y abril, nuestros comercios trabajaron bien, tal vez porque hubo mucha mercadería que bajó de precio en función de que no se vendía y, por otro lado, nos resguardamos para promocionar nuestras marcas pymes. Ya en mayo se produjo una caída de ventas importante, y a esto hay que sumarle el tema de las tarifas de energía eléctrica, que ha triplicado el valor y en algunos casos hasta cuatriplicado”. A modo de ejemplo compartió, “tengo 92 metros cuadrados de comercio, pagaba 97.000 pesos de luz y hoy estoy pagando 237.000 y si no se mantiene una venta constante cuesta mucho juntar el dinero”.
Para Savore, "en menos de 60 días muchos comercios, si esto no se revierte, no van a poder continuar porque todo entra en el costo operativo del negocio y ese hay que trasladarlo a precios, pero estamos en márgenes muy pequeños para poder generar ventas. O sea, si subimos la vara del porcentaje que le ponemos a la mercadería, inevitablemente quedamos fuera de mercado entonces se arma un cuello de botella muy difícil”.
Números que sí cierran
En el primer trimestre del 2024 las principales empresas energéticas del país aumentaron sus ingresos entre el 22% y 130% en términos reales respecto de igual periodo del año pasado. La ganancia neta (después de deducir costos, impuestos e inversiones financieras) se incrementó entre un 81% y un 5.378%.
Así lo señaló un informe del centro OCIPEx, que indicó que “mientras los salarios y la actividad caen, un puñado de empresas del sector energético, bancos y alimenticias, fueron las grandes beneficiadas ya que aumentaron la rentabilidad al mejorar sus márgenes de ganancias y esto debido, según los balances de las empresas, a que se redujeron los costos y porque obtuvieron ganancias financieras”.
Según el informe, "un ejemplo simple y cotidiano de la mega rentabilidad generada por la liberalización total de precios del gobierno es el precio de la nafta. Mientras hubo una devaluación del 118 por ciento en diciembre, la nafta aumentó un 276 por ciento desde que asumió el Gobierno. Este aumento sideral de precios fue a parar principalmente a las grandes petroleras que venden combustible, como Pan American Energy o YPF, administrada por ex directivos de Tecpetrol".