Imprimir no es emitir y cerrar Casa de Moneda no frena impresión de billetes

El Gobierno anunció la decisión de reestructurar Casa de Moneda y cerrar una de las imprentas más modernas del país con capacidad de impresión de papel moneda. Cuáles serán las consecuencias económicas y políticas

04 de octubre, 2024 | 00.05

El Gobierno anunció esta semana la decisión de reestructurar Casa de la Moneda y cerrar una de las imprentas más modernas del país con capacidad de impresión de papel moneda y otros valores y pasar a importar todos los billetes que demanda la economía argentina y es un buena oportunidad para recordarle un principio básico al presidente Javier Milei: imprimir billetes no es igual a emitir monedaLa reestructuración anunciada incluye el cierre de la planta impresora de Don Torcuato, conocida como la ex Ciccone, donde se elaboran la mayor parte del papel moneda que circula en el país y otra documentación, como los pasaportes y las chapas patentes.

Esa planta y la tradicional de Retiro, donde funciona la administración, el Tesoro y el control de calidad de los billetes importados, están funcionando con la capacidad máxima de producción, como reconoció el propio Gobierno. “El Ministerio de Economía informa que la Casa de Moneda está actualmente utilizando la totalidad de su capacidad instalada para la provisión de billetes”, reconoció Jefatura de Gabinete en el último informe al Congreso.

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Con esa capacidad saturada, las necesidades de billetes se satisfacen importando de China. Desde diciembre del 2023 se realizaron dos contrataciones de billetes terminados, los de denominación $10.000 para el primer semestre de 2024 a un valor por millar de US$ 85 y otra de las denominaciones $10.000 y $20.000 a un valor por millar de US$ 56,50 y US$ 58, respectivamente.

Con las plantas argentinas a pleno y la importación de billetes producidos en China, habilita la discusión sobre la diferencia entre impresión y emisión monetaria, conceptos que deliberadamente la derecha suele confundir. La gestión de Javier Milei y Luis Caputo afirmó haber “cerrado las canillas de emisión primaria” de dinero, vía la eliminación del financiamiento al Tesoro, de la remuneración de los pasivos del BCRA y de la compra de dólares. Sin embargo, otras vías de emisión monetaria secundaria, como el crecimiento del crédito al sector privado, están abiertas y crecientes sobre la economía.

Pero si el BCRA cerró todas las canillas de emisión, ¿por qué entonces Casa de Moneda tiene las máquinas imprimiendo billetes a full y llegan los embarques con billetes desde China? La decisión de anunciar el cierra de Casa de Moneda dejada trascender esta semana y confirmada como una reestructuración por el vocero presidencial intenta instalar la idea de una promesa cumplida del Presidente. Como abandonó la intención de cerrar el Banco Central que usó de bandera durante la campaña electoral, entonces cerramos la fábrica de los billetes.

Pero emisión de dinero no es equivalente a imprimir dinero. Se puede emitir, como lo hizo en la primera mitad del año el gobierno en forma primaria o sigue sucediendo en forma secundaria, sin necesidad de imprimir y se puede imprimir sin necesidad de emitir. Se puede imprimir billetes para renovar billetes dañados o para responder a demandas transitorias como en épocas de pago de aguinaldo o para las fiestas, donde la demanda de efectivo suele ser superior.

El dinero impreso está asociado a la necesidades transaccionales, un criterio que en Argentina varió en los últimos años gracias al desarrollo de las billeteras virtuales que reemplazaron el efectivo hasta en operaciones menores. Por eso, ahora que el Gobierno levanta como bandera el cierre de Casa de Moneda, se impone recordar: emitir no es imprimir, se puede emitir sin imprimir, se puede imprimir sin emitir, son conceptos diferentes y no necesariamente vinculados.

Así que, si frente a un proceso inflacionario que no logra controlar y que demuestra la falla conceptual de adjudicar solo y exclusivamente y en todo momento a la emisión monetaria, el presidente Milei necesita reforzar la idea de que hay vías de emisión secundarias activadas y que la impresión de billetes nada tiene que ver. Se impriman en Casa de Moneda o lo traigan desde China.