El Gobierno despidió a 10 trabajadores de Talleres Navales Dársena Norte (Tandanor), entre ellos al auditor interno y la gerenta de Control de Gestión. De esta manera, desguazaron el aparato de gerencia de una compañía incluida dentro del listado de empresas sujetas a una posible privatización, algo previsto en un artículo del proyecto de Ley Ómnibus.
Según consignaron fuentes gremiales a El Destape, a los empleados "les llegó telegrama de despido cuando estaban todos en planta". Esta misma fuente agregó: "La verdad que no se que van a hacer, lo que se ve es un descabezamiento de un área importante para todo lo que es la planificación de la gestión del astillero".
Tandanor emplea a 507 personas y fue incluida por el gobierno nacional al anexo de empresas estatales pasibles de una privatización. La firma fue creada en 1879, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, para mantener y reparar los buques de la Armada.
El Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR) fue creado el 17 de mayo de 2010, el día de la Armada, cuando la entonces ministra de Defensa Nilda Garré tomó la decisión estratégica de unir los talleres de Tandanor con el astillero Almirante Storni, comenzando a funcionar como una sola unidad dedicada a la reparación, conversión y construcción naval, y más recientemente, a la industria metalmecánica.
Unos años atrás, durante el gobierno del presidente Néstor Kirchner, el 30 de marzo del 2007, Tandanor fue reestatizado por decreto, declarando la nulidad absoluta la privatización realizada en la década anterior, durante el menemismo. En reconocimiento por sus esfuerzos para mantener en actividad la empresa, los trabajadores del astillero recibieron el 10% de sus acciones.
La importancia de Tandanor y la mentira de la ineficiencia estatal
Informes técnicos de Tandanor contradicen los preceptos sobre la ineficiencia del Estado que pregonan desde el Gobierno. La compañía genera dólares porque refacciona los buques privados nacionales y extranjeros. Además, cumple una función política fundamental, ya que colabora con la soberanía por el hecho de incidir sobre una actividad industrial de alta complejidad anexada al sistema de defensa.
MÁS INFO
Tandanor también es protagonista de las campañas antárticas, al encabezar los arreglos del rompehielos Almirante Irizar. Previo al cambio de gestión y el arribo de Javier Milei, Tandanor construyó puentes modulares vehiculares en acero, que atraviesan la traza de los principales ferrocarriles del conurbano, gracias a un entendimiento firmado con la empresa Trenes Argentinos.
La compañía cuenta con una ubicación estratégica en la zona portuaria de la Ciudad de Buenos Aires. En el Canal Sur, sobre el Estuario del Río de la Plata, único acceso a la Hidrovía formada por los ríos Paraguay, Paraná y De La Plata, sobre los cuales se encuentran los puertos aptos para operaciones con buques oceánicos. Es uno de los astilleros más importantes de Sudamérica, junto con el de Río Santiago. Son los dos astilleros estatales de Argentina y son caracterizados en el sector como los tractores de la industria naval y metalmecánica.
Los despidos en un área clave eleva las especulaciones sobre el futuro de la empresa. Tandanor no fue retirada del listado de empresas a privatizar, a pesar de ser superavitaria y estratégica. Curiosamente, durante el plenario de comisiones de la semana pasada, la diputada de La Libertad Avanza Rocío Bonacci había presentado una modificación de la Ley Ómnibus para agregar tres empresas estatales que considera claves para la Defensa Nacional al listado de sociedades que no se van a privatizar.
En la negociación con la oposición "dialoguista" para destrabar el ahora disminuido proyecto, el gobierno había cedido en remover a YPF del listado de empresas a privatizar mientras que en el caso de ARSAT, Banco Nación y Nucleoeléctrica solamente se podría realizar una privatización parcial, debiendo el Estado mantener el control. Bonacci pretendía que esa nómina se amplíe con Vehículo Espacial Nueva Generación VENG S.A.; Talleres Navales Dársena Norte y Fabricaciones Militares, porque consideraba que el impacto en las cuentas públicas es ínfimo o nulo y son claves para la Defensa Nacional. Pero el oficialismo no la acompañó, dejando en claro su ambición de desprendimiento de la firma.