El gobierno de Javier Milei se vanaglorió de haber alcanzado en superávit fiscal en junio por sexto mes consecutivo, pero se trata de un resultado engañoso. No solamente lo logró gracias a que Luis Caputo no contabilizó el gasto del medio aguinaldo a empleados públicos, sino también evitando incluir el gasto en los salarios de las universidades, así como postergando pagos en el rubro energético.
La última semana, Caputo confirmó que junio pasado cerró con un superávit primario de 488.569 millones de pesos y un superávit financiero (que incluye el pago de los intereses de deuda) de 238.189 millones de pesos. Así, el Ministerio de Economía destacó que en los primeros seis meses del año, el sector público nacional logró un superávit primario de más de un 1,1% del PBI y un superávit financiero de 0,4% del PBI.
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Así, el resultado oficial contradijo al de mediciones tanto del Congreso como privadas. En este sentido, tanto la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) como la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) mostraron que, en junio, el resultado primario arrojó un déficit del 1,4 billones de pesos, mientras que el resultado financiero (que incluye también los intereses de deuda) arrojó un déficit de 1,8 billones de pesos.
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La diferencia se debió, mayormente, a que el Ministerio de Economía toma el gasto en base caja (que contabiliza solo lo ya pagado), mientras que la OPC y la ASAP toman el gasto devengado (que incluye además los compromisos formales de deuda todavía no ejecutados).
Esto genera algunas diferencias de contabilidad. En primer lugar, por el pago del medio aguinaldo para la administración pública nacional, que fue devengado en junio pero pagado recién a inicios de julio y por lo tanto no ingresó en el cálculo fiscal del Palacio de Hacienda.
Pero, en segundo lugar, a ello se le suma también el gasto en universidades. Según mostró y calculó el economista Santiago Pérez Pons en diálogo con El Destape, esta partida disminuyó de 247.000 millones de pesos en mayo a solo 16.556 millones de pesos en junio. Es decir, cuando la partida debería haber crecido por el pago del medio aguinaldo, al contrario se desplomó en un 93% intermensual.
Pérez Pons estimó que "por lo menos no pagaron 300.000 millones de pesos", en concepto tanto de pago de sueldos (la gran mayoría) como de gastos de funcionamiento. Y agregó que muy probablemente eso "lo habrán pagado en la primera semana de julio, para que no entre en el resultado en base caja de junio".
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En otras palabras, solamente de haber resuelto pagar los salarios universitarios en junio, y no haberlos pospuesto para julio, el resultado financiero positivo en 238.000 millones de pesos hubiera sido deficitario.
En tercer lugar, remarcó también Pérez Pons, en junio bajó sustancialmente el gasto en el rubro energético, ya que pasó de 948.000 millones de pesos en mayo a solo 238.000 millones de pesos en junio. Es decir, una disminución del 74% intermensual, sin que se verifique una quita análoga en los subsidios.
Esto no hace otra cosa que aumentar la presión fiscal para el mes de julio, cuando sí entrarán tanto el medio aguinaldo, los salarios universitarios y los gastos energéticos en el resultado en base caja que tomará Economía. Caputo solo compró tiempo.