Sojeros retienen 10 millones de toneladas y especulan con un nuevo dólar diferencial

De acuerdo a los datos de la cámara que nuclea a las exportadoras agroindustriales, sigue cayendo la molienda de soja. En parte se debe por la sequía, pero también incide la especulación de los productores. 

04 de agosto, 2023 | 22.15

Las ventas de maíz se aceleraron en los últimos 9 días como consecuencia del Dólar Agro a 340 pesos, con una liquidación de divisas ubicada en los 1600 millones de dólares. De todas maneras, el plato fuerte del sector permanece bien guardado en silobolsas. Al cierre de julio, los grandes jugadores sojeros retenían un poco más de 10 millones de toneladas de la campaña 2022-2023 de acuerdo a los datos difundidos por la cámara que nuclea a las cerealeras exportadoras (CIARA CEC). Ante la escasez de divisas en el Banco Central, no sería extraño que el sector reclame nuevamente un tipo de cambio diferencia o la eliminación de las retenciones. Por la decisión de no vender granos, sumado a la caída de la producción por la sequía, hubo una nueva baja en la molienda de soja, compensada en parte con las importaciones de granos desde Paraguay y Brasil.

La falta de oferta de soja disponible en el mercado redujo el volumen de la molienda de junio en 478.000 toneladas comparado con mayo. Durante el primer semestre del año, la molienda total llegó a las 14,9 millones de toneladas, una merma de 5 millones en relación al 2022 y de 7 millones comparado con 2021.

La caída en el procesamiento de la oleaginosa para la industria aceitera y harina se remonta a los últimos diez años, como consecuencia de un avance de las hectáreas sembradas con maíz y una reprimarización de las ventas de la oleaginosa impulsada por las mismas empresas que forman parte de la industria como un mecanismo para presionar para una baja generalizada de retenciones. Las empresas que exportan grano y aceites son las mismas, muchas veces integradas verticalmente con los acopios y los grandes productores.

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Pero este año también se sumó la sequía, que redujo la producción sojera a casi la mitad. Por ende, hubo menos oferta en el mercado, compensada en parte con la importación temporaria de más de seis millones de toneladas. Según los datos del Banco Central, estas importaciones representaron el 15% del total de los pagos efectuados durante junio, con un incremento interanual del 63%.

Desde el sector sostienen que este año deberán importar un total de 10 millones de toneladas –que se pagan una vez concretadas las exportaciones- con el objetivo de alcanzar una molienda de 27 millones de toneladas.

Pero se suma un tercer elemento, vinculado a la capacidad de lobby del sector. Al cierre de julio, las ventas de soja para la exportación en grano y su procesamiento industrial totalizaban las 12,2 millones de toneladas. Un mes antes, el acumulado de ventas arrojaba un saldo de 11,4 millones. Es decir, en un mes comercializaron menos de un millón de toneladas.

Este no es un dato menor. La misma cámara exportadora informaba hace un mes que los productores mantenían sin vender –almacenadas en silos - 12,1 millones de toneladas, valuadas en 6000 millones de dólares en caso de que se exportasen íntegramente como aceites y harinas. Al cruzar la información de los últimos dos informes de la cámara de exportadores, sobresale que los grandes sojeros retienen en la actualidad un poco más de 10 millones de toneladas.

A medida que pasen los meses y el escenario electoral levante temperatura, la soja bien guardada en silobolsas será el mascarón para que los grandes jugadores del mercado insistan con un nuevo tipo de cambio diferencial –tal como lo vienen consiguiendo desde septiembre del año pasado-, o la eliminación de las retenciones.

Sequía de divisas

La liquidación de divisas viene en picada, como consecuencia de la sequía. Entre enero y julio, las exportadoras vendieron en el mercado único y libre de cambios 12.956 millones de dólares, cuando hace un año había liquidado 22.309 millones. Es decir, una caída del 42% interanual (9253 millones de dólares menos).

En parte, esta merma será compensada con los volúmenes remanentes de maíz. A partir del beneficio exportador para este sector, que finaliza el 31 de agosto, se comercializaron 5 millones de toneladas del grano y se liquidaron 1600 millones de dólares, cuando el objetivo del Gobierno era reunir 2000 millones.

Según los exportadores, teniendo en cuenta los remanentes de soja, maíz, girasol y sorgo de la cosecha pasada, podrían ponerse en juego casi 9000 millones de dólares.