Luego de una extensa reunión con los ruralistas, en medio del segundo día de lockout patronal, el Gobierno aceptó este martes eliminar el cupo de 30.000 toneladas diarias y, en simultáneo, propuso una serie de herramientas para desacoplar la suba internacional de los precios con los del mercado interno. Nuevamente, el equipo económico dio marcha atrás en una medida de regulación del sector agropecuario y volvió a apostar a la buena predisposición de los empresarios de la actividad.
Una de las alternativas es la creación de un fideicomiso privado que permita subsidiar el diferencial de precios de los granos que no se exporten para que sean adquiridos por productores locales para la alimentación de animales.
Mientras el ala más beligerante del campo perseguía a camioneros con carga de granos para hacerles derramar su contenido en las rutas, representantes del Consejo Agroindustrial se reunían con los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Agricultura, Luis Basterra, para destrabar el conflicto que se inició a partir de la decisión oficial de asegurar el abastecimiento de maíz a los productores de proteína animal durante los próximos tres meses.
Primero se había dispuesto un congelamiento de las ventas hasta marzo. Se retrotrajo la decisión y se aplicó un cupo de 30.000 toneladas diarias. Este martes, los funcionarios se comprometieron con el nucleamiento de empresas del sector agroexportador desactivar cualquier "limitación cuantitativa", con lo cual se retrotrajo la medida y no habrá tope de 30 mil toneladas.
La pelea por el cupo había escalado a peldaños insólitos, como escuchar a representantes del sector asegurar que era preferible subir retenciones y no aplicar un cupo. Un análisis cierto pero que es rechazado sistemáticamente por estos mismos empresarios cada vez que se aplican. El primer tractorazo, hace un año, fue por ajustar unos puntos las retenciones en los cultivos más rendidores.
Una solución entre privados
Con ausencias, en la mesa de diálogo estuvieron productores de maíz representados por Maizar, los exportadores de Ciara, los acopios y la industria transformadora, en donde el sector aviar tiene el mayor protagonista. El principal instrumento para desacoplar los precios internacionales de los granos de los valores internos es "la constitución de un fideicomiso de larga duración como solución estructural y método de desacople entre el mercado internacional y el de abastecimiento a transformadores de maíz", según informó la cartera de Basterra.
Se trata de un subsidio cruzado, que deriva de un acuerdo entre privados, y tiene la ventaja para el gobierno de que no necesita utilizar fondos públicos. Es un sistema similar al "fideicomiso del aceite", que eliminó Cambiemos apenas asumió. El fondo fue creado en 2008 por iniciativa del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno e implicaba un cupo mensual de aceite en función de las exportaciones. De las exportaciones concretadas y permitidas a través de los ROE (permisos), las aceiteras debían destinar un 1,2 por ciento a este fideicomiso. Este mecanismo determinó que el 1,2 por ciento de todas las ventas al exterior de poroto de soja y de pellets y harina de soja y de girasol pasaron a formar el "fideicomiso aceitero".
El monto recaudado se utilizó durante este año para subsidiar el precio en el mercado interno. Esto permitía asegurar un precio desacoplado para la botella de aceite comestible de un litro.
Según el comunicado oficial, el Gobierno se comprometió a "sustituir el límite de 30.000 toneladas diarias de exportación por un monitoreo del saldo exportable para llegar al empalme de cosecha sin tensiones, con el compromiso del sector privado". También "consensuar un acuerdo de largo plazo con los sectores consumidores y proveedores de maíz, en sintonía con el Programa Nacional Precios Cuidados". Otro punto es proveer de la herramienta FOGAR a los fines de garantizar la cobranza de los vendedores de maíz en tiempo y forma, lo que impactara en el componente riesgo y fomentar la herramienta de warrant (un título corporativo muy parecido a una opción de compra).
Del cónclave participaron el presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, José Martins, el presidente de CIARA-CEC, Gustavo Idígoras, el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, Roberto Domenech, el coordinador de la Mesa de las Carnes, Dardo Quiesa, el vicepresidente de CONINAGRO, Elbio Laucirica
La góndola sigue en peligro
"Tal como nos comprometimos estos encuentros nos permiten continuar avanzando en compatibilizar los intereses privados con la necesidad del estado de garantizar los bienes esenciales en todo el territorio nacional", destacó Basterra al término del encuentro. También estuvieron presentes el secretario de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores, Guillermo Merediz, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Echazarreta, el secretario de Alimentos y Bioeconomía, Marcelo Alós y el subsecretario de Coordinación Política de la cartera agropecuaria, Ariel Martínez y la Subsecretaria de Programación Regional y Sectorial del Ministerio de Economía, María Grosso.
Luego de pactar las modificaciones, Basterra expresó: “Para el gobierno nacional es prioritario desacoplar los precios internos de la dinámica de los precios internacionales, al tiempo que podamos seguir fortaleciendo el desarrollo del sector y las exportaciones. Desde el Ministerio trabajamos para encontrar las mejores herramientas que nos permitan crecer con ese doble objetivo”.
Mientras se realizaba la reunión, el precio del maíz se disparó. Subió 9,8 dólares, un 5,06%, y la tonelada se comercializó a 203,6 dólares, en el mercado de Chicago. El aumento se dio luego de la publicación del reporte mensual del departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), que proyectó una producción a nivel mundial por debajo de lo que se esperaba.
En representación del CAA, José Martins señaló: “Desde el sector privado hemos conformado una mesa intersectorial del maíz, con la representación de más de 32 entidades del sector, con quienes vamos a trabajar con el compromiso de encontrar herramientas que permitan desacoplar el buen momento que estamos atravesando en términos de precios internacionales, que es positivo porque es generación de divisas, pero también somos conscientes que esto impacta en los precios internos”.