(Por Carlos Joseph) El fortalecimiento del fenómeno de La Niña agravaría la situación de sequía en esta primavera, en particular en el norte del país, lo que podría llevar a una reducción del área destinada a girasol, pérdidas productivas en el trigo y menores rindes en cebada, así como una reducción en el área destinada al maíz.
El panorama para esta próxima primavera en la Argentina no es alentador en relación con la sequía, aseguró el licenciado en Ciencias de la Atmósfera de la Universidad de Buenos Aires, Christian Garavaglia.
"La Niña, presente desde septiembre de 2020, se encamina a presentarse por tercera vez consecutiva en la temporada primavera/verano del Hemisferio Sur, un hecho excepcional que hasta el momento sólo ocurrió en dos ocasiones desde 1950", agregó Garavaglia, responsable del sitio Meteored.
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Tras un ligero debilitamiento, la permanencia de condiciones Niña se eleva, con una probabilidad de 80% para la primavera (trimestre septiembre-octubre-noviembre) y 60% para el verano (diciembre-enero-febrero), precisó, y aclaró que recién para el trimestre febrero-marzo-abril, la probabilidad de condiciones neutrales empieza a ser mayor respecto de condiciones Niña (59% vs 32%), según las últimas actualizaciones.
De esta forma, el fenómeno de La Niña se encamina a persistir con una alta probabilidad a lo largo de la próxima primavera e incluso verano en el Hemisferio Sur, potenciando los efectos de inhibición de lluvias sobre la Argentina, para luego tender a condiciones neutrales hacia el otoño del año que viene.
Bajo este escenario, concluye el especialista, las condiciones de sequía seguirán siendo favorables este 2022 sobre la mayor parte del centro y norte de la Argentina.
En lo productivo, esta situación provoca que "sobre el norte del país la actividad se desacelera debido a la falta de humedad en el estrato superficial que, de no revertirse en las próximas semanas, podría resultar en una reducción del área destinada a girasol", estimó la Bolsa de Cereales.
En el caso del trigo, parte del área, sobre todo del norte del país donde se ubican los cuadros más desarrollados que ya transitan etapas criticas, se encuentra bajo restricciones hídricas severas; y, hacia el oeste, la falta de humedad en los perfiles comienza a reducir el rinde potencial de los primeros lotes de cebada, agregó.
Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que el clima ha jugado en contra del maíz de la campaña 2022/23 en una vasta área, a días de iniciar la siembra, lo que provocaría una caída de 10% en el área destinada al cereal, respecto del ciclo anterior.
"Con una tercera Niña, que cada vez muestra mayores señales de ser moderada y no leve, lo que se quiere evitar es revivir el desastre del año pasado: rindes de 50 quintales y cuadros pastoreados cuando se había invertido para superar los 120 quintales por hectárea", explicó la entidad.
En estos días se espera la denominada "Tormenta de Santa Rosa", cuya festividad se celebra el 30 de agosto, que causará "precipitaciones de variada intensidad sobre el entorno de las costas del Río de La Plata, pero sin llegar al resto de su extensión, marcando una lenta tendencia hacia la normalidad", según la Bolsa de Cereales.
Por su parte, la BCR espera "posibles lluvias aisladas" en la región núcleo, y advierte que "la zona más favorecida sería el norte de la región núcleo", que podría recibir "tormentas puntuales y muy intensas".
No obstante, aclara el doctor en Ciencias Atmosféricas José Luis Aiello, especialista de consulta de la BCR, "es difícil esperar precipitaciones generalizadas y superiores a los valores medios estacionales".
Según la Bolsa de Cereales, la "Tormenta de Santa Rosa" suele anticipar cómo será el proceso primaveral: "Cuando el evento es muy vigoroso, puede augurarse una primavera lluviosa; cuando es localizado, como este caso, una primavera normal, pero de lento desarrollo, y cuando es débil, una primavera seca".
Pasadas las lluvias, los vientos del trópico retornarán rápidamente, extendiéndose sobre gran parte del área agrícola, produciendo temperaturas sobre lo normal en la mayor parte de su extensión, advirtió la entidad.
Para la BCR, con la llegada del calor, con temperaturas por encima de los 25°C, y la falta de lluvias, las reservas vuelven a retroceder en toda la región pampeana y en especial en Buenos Aires.
"El centro de la región pampeana vuelve a ser afectada negativamente; las mejoras que habían alcanzado las reservas hídricas durante la primera quincena del mes están desapareciendo", advierte Aiello, para quien "un nuevo periodo de ausencia de lluvias y el aumento estacional de la insolación diaria hicieron retroceder los niveles de humedad en los perfiles".
Con información de Télam