Hacer una transferencia bancaria o desde una billetera virtual por casi cualquier monto se volvió una práctica habitual en la actualidad. Pero lo que muchas personas no saben es que a partir de cierto monto, la operación es comunicada a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Si la transacción supera una determinada suma, AFIP no sólo quedará notificada sino que también puede investigar de qué se trata. Para hacer transferencias sin ningún problema, es importante tener en cuenta que hay algunas limitaciones vigentes.
Límites a las transferencias bancarias
Primero, tengamos en cuenta que existen restricciones en cuanto al monto máximo permitido para transferencias. Los cajeros automáticos tienen un límite de $125.000, mientras que a través del servicio de Home Banking podés transferir hasta $250.000, según lo estipulado por el Banco Central.
Sin embargo, si deseás transferir una cantidad superior a estos límites, existen otras alternativas para enviar dinero a tus familiares o amigos. Una opción es realizar una transferencia convencional, la cual tarda un día hábil en procesarse. Otra opción implica notificar al banco con anticipación.
En esta situación, tendrás que comunicar a la institución financiera la fecha prevista para la transferencia, el monto estimado y, en ocasiones, proporcionar el CBU o número de cuenta del destinatario. Esta práctica es habitual en transacciones como la adquisición de un automóvil o una propiedad.
En cuanto al límite de dinero que puedes transferir a alguien sin necesidad de realizar una declaración, es fundamental destacar que la restricción no recae en el remitente, sino en el receptor. En este caso, será tu hermano o amigo quien deberá justificar el ingreso de fondos.
¿Hasta qué monto se puede transferir sin declarar a la AFIP?
La AFIP establece un límite de $200.000 sin requerir una declaración jurada. Superar este umbral incrementa el "riesgo" de necesitar justificar el origen de los fondos. Quien debe aclarar el origen de los fondos será la persona que recibe el dinero y no al revés, quien la emite.
Si el banco determina que es necesario, enviará generalmente una solicitud por correo electrónico, solicitando la documentación pertinente que respalde la procedencia de esos movimientos. Entre los documentos más frecuentes para justificar el origen de los fondos se encuentran los estados de cuenta de los últimos 6 meses, recibos de sueldo, comprobantes de pensiones, certificados de ingresos proporcionados por un contador público, entre otros.
Los $200.000 cubren prácticamente todas las transacciones realizadas por una persona durante un mes calendario. Esto incluye los fondos depositados en cuentas de ahorro, cuentas corrientes, cuentas de nómina y de seguridad social, así como las transferencias recibidas. Además, se consideran los saldos en depósitos a plazo fijo y en diferentes tipos de inversiones.