Aduana denunció por el delito de contrabando calificado en el Código Aduanero a firmas exportadoras que operan con subfacturación y falta de ingreso de divisas por casi 10 millones de dólares. La presentación surge a raíz de investigaciones llevadas adelante por agentes especializados de la Dirección General del organismo, según pudo saber El Destape.
La maniobra consistiría en triangular operaciones por medio de refacturación de ventas sucesivas a firmas extranjeras que a su vez estarían vinculadas con las firmas exportadoras. A través de dichas ventas sucesivas se logra una disminución en la determinación y pago de tributos aduaneros, además de una desviación de renta argentina a países extranjeros.
Se calcula que el monto de divisas no ingresadas y liquidadas en el país podría ascender a la suma de 9,4 millones de dólares en las operaciones de exportación de estas empresas, identificándose un porcentaje de subfacturación que oscilaría entre el 25 y 30 por ciento del valor declarado, corroborado por intercambio de información con el exterior.
"Se constató además la inexactitud de los domicilios fiscales declarados, correspondiendo los mismos a Estudios Contables o domicilios particulares que nada tienen que ver con la actividad ni con los integrantes de las compañías", informó el organismo que conduce Guillermo Michel..
En virtud del entramado de vinculaciones evidenciadas entre distintas firmas exportadoras, personas físicas y sociedades en el extranjero, se continuará con el desarrollo de investigaciones sobre estas y otras firmas exportadoras.
No es un hecho aislado
En las últimas semanas se conocieron distintas hallazgos y decomisos de supuesto ingreso de mercadería por un valor, pero estaban sobre facturadas las importaciones y, en muchos casos, era material falsificado. Así se detectó una nueva partida de 200 placas de video arribadas al Depósito Fiscal con aparente intención de ser liberadas a plaza, esta vez facturada a una firma con asiento en esa localidad dedicada a la venta de materiales eléctricos e iluminación.
En realidad se trataban de simples maquetas con la pretensión de llevar a cabo maniobras fraudulentas para girar en forma indebida divisas al exterior y que en caso de haber logrado su cometido hubieran causado un perjuicio de 356 millones de dólares. La firma importadora simuló operaciones con una firma con aparente vinculación y radicada en Estados Unidos a fines de introducir “basura tecnológica” al Área Aduanera Especial , simulando que se trataba de material informático.
El organismo también detectó irregularidades en importación de cargadores para celulares a través del servicio Courier. "Querían importar 2891 cargadores de primeras marcas, perro declararon 1157 unidades de marcas alternativas", explicaron desde Aduana. Además, se trataba de mercadería de importación prohibida por no cumplir con la certificación de seguridad eléctrica conforme la Res. 169/18 de la Secretaría de Comercio.
Por su parte, a partir del intercambio de información con España, la Aduana argentina obtuvo información de las compras en el exterior. Cuando los turistas piden la devolución del IVA en aeropuertos ibéricos, la Aduana recibe una alerta de información.
Entre los casos más emblemáticos de este año se destacan un reloj valuado en 15.375 euros, cuya tributación aduanera fue de 960.804 pesos, y un reloj de 52.066 euros que inicialmente quedó retenido en Ezeiza, ya que el pasajero no contaba con suficiente capital para cancelar su obligación tributaria. Finalmente, seis días más tarde, abonó los 3.169.385 pesos correspondientes para poder retirarlo.
Finalmente, y siendo el caso más emblemática, Aduana busca anular una cautelar que permitió la importación de 20 millones de dólares en “toallas”. La empresa ingresó mercadería por solo el 10 por ciento del valor autorizado, pese a haber invocado “urgencia” para obtener el aval de la Justicia hace un año. La Aduana investiga si también existió falsificación de marcas.