La sequía obliga a recalcular metas con el FMI o achicar aún más el gasto público

Por los menores ingresos fiscales de retenciones, la reducción del gasto público ya no alcanza para reducir el déficit a los niveles comprometidos con el FMI.

31 de mayo, 2023 | 00.05

La sequía erosiona los ingresos fiscales y la reducción del gasto público ya no alcanza para reducir el déficit a los niveles comprometidos con el Fondo Monetario Internacional. Una parte de la caída se explica por la propia dinámica del ajuste, que resiente la actividad y, por consiguiente, los ingresos fiscales, obligando –si se sigue con la idea de mantener la meta del rojo presupuestario—a una segunda vuelta de recorte de partidas. Los gastos continúan desacelerándose, en abril registraron una caída en el orden del 9,7 por ciento real, explicados principalmente por la reducción de los subsidios a la energía”, señaló un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Pese al achique presupuestario, el déficit se mantiene por la baja de los ingresos. A la caída de los ingresos producto de la ralentización de la economía se suma el golpe a las arcas del Estado que genera la sequía. Los derechos de exportación no se recuperan de la sequía y registran una retracción en términos reales (descontada la inflación) del 68 por ciento.

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Tal como viene detallando este medio periódicamente, los gastos continúan manteniendo una senda negativa que se profundiza mes a mes. En abril se registraron fuertes recortes en términos reales –descontando la inflación—en Transporte (-26 por ciento), Educación (-66 por ciento), Agua potable (-15 por ciento), Jubilaciones y pensiones contributivas (-8 por ciento), Asignación universal para protección social (-15 por ciento), Asignaciones familiares (-38 por ciento), Pensiones no contributivas (-8 por ciento) y Transferencias corrientes a provincias (-37 por ciento).

No obstante, también se mantiene una reducción más acelerada de ingresos que de gastos, por lo que no se logra reducir el déficit. La dinámica de reducción de los ingresos mayor a los gastos profundiza el déficit fiscal de abril que fue de 331 millones de pesos, acumulando en el primer cuatrimestre unos 1020 millones. “Solo quedarían 165 millones de déficit para los próximos dos meses si se pretende cumplir con la meta de junio del FMI”, advirtió el informe del CEPA. Esto implica que, para que el FMI apruebe la quinta revisión que comenzará el 10 de junio, debería haber un cambio en las metas o el pedido de otro waiver (perdón), algo que ya se descuenta que se pedirá por reservas.

“La principal razón de dicho deterioro en las cuentas fiscales continúa siendo un nivel de ingresos en caída en términos reales y una reducción del gasto que no alcanza a compensar”, de acuerdo con el documento del CEPA. El gasto totalizó los 2,19 billones (con un alza nominal de 88,7 por ciento), lo que equivale a una caída real del 17,7 por ciento, mientras que los ingresos alcanzaron a 1,86 billones (71,9 por ciento de suba nominal) retrocediendo en términos reales un 9,7 por ciento. A este círculo vicioso que empuja a mayores recortes para reducir el rojo presupuestario se adiciona la sequía, que golpea los ingresos por derechos de exportación pese a la implementación de una nueva edición del programa “dólar soja” para acelerar la liquidación del sector agroexportador.

Los ingresos registrados por el sector público de base caja retrocedieron en abril por sexto mes consecutivo. El principal componente que afectó en la recaudación fueron los derechos de exportación, que cayeron en 29.515 millones de pesos, explicados principalmente la sequía y la falta de stocks liquidables por la implementación de los dólares soja 1 y 2 (es decir, ya se liquidaron anteriormente). Como contracara, dos recursos asociados a la actividad económica (y a la vez, los de mayor peso en la recaudación) crecen en términos reales: el IVA (3,1 por ciento) y los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social (1 por ciento).

La falta de divisas, también producto de menores ingresos del campo por la falta histórica de precipitaciones en las zonas productivas, conlleva menores niveles de importación, afectando los impuestos que se aplican sobre las compras externas. Lo recaudado en abril por los derechos de importación se contrajo un 20 por ciento real. Por último, finalizaron los adelantos de pago de ganancias por lo que la recaudación de abril de ese impuesto aportó a la retracción general con un retroceso de 8 por ciento.

Mientras tanto, la segmentación de tarifas tiene efectos concretos en la reducción de subsidios y el gasto cae por tercer mes consecutivo. “Esta aceleración del dato en términos reales se explica principalmente por una fuerte caída en los gastos asociados a subsidios energéticos, donde la segmentación de tarifas comenzó a impactar de lleno (esto se da en un contexto donde el FMI solicitó que se acelere ese proceso)”, detalló el informe del CEPA.

Los gastos de capital a través de la obra pública continúan a un buen ritmo. El mayor concepto se registra en las obras relacionadas a infraestructura energética (173 por ciento real) y vivienda (5 por ciento real), donde la obra más relevante es el Gasoducto Néstor Kirchner. “Las nuevas metas deberán contemplar los menores ingresos por la sequía ya que las dos primeras probablemente sean incumplidas”, concluye el informe. Según de la consultora Ecolatina, el gasto primario "debería achicarse en 1,6 puntos porcentuales del PIB (adicionales) para poder alcanzar la meta fiscal acordada con el FMI". En conclusión, no se descarta que las metas fiscales de marzo y de junio sean modificadas durante la próxima revisión.

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