El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a cruzarse este jueves con el Gobierno y marcó su distancia en relación a dos puntos clave, contradiciendo la postura oficial. Por un lado, en medio del debate por la salida del cepo, el organismo afirmó que no hay fecha para las conversaciones sobre el envío de fondos extra.
Por el otro, salió a respaldar frontalmente a Rodrigo Valdés, el funcionario para la región que había sido cuestionado semanas atrás por Javier Milei.
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El FMI volvió a apoyar al Gobierno en términos generales en la conferencia de prensa habitual ofrecida este jueves por la vocera del organismo, Julie Kozack. En ese sentido, Kozack festejó la reciente aprobación de la Ley Bases, al sostener que "ayudará a crear una mayor economía de mercado y a tratar varios de los cuellos de botella de Argentina para el crecimiento".
También señaló que "datos preliminares sugieren que los objetivos fiscales y de reservas siguen siendo alcanzados", y que se ve "una mayor reducción de la inflación y cierta estabilización de la actividad económica y la demanda". Aun así, aclaró que "se necesitan esfuerzos para continuar fortaleciendo la estabilidad y asegurar la recuperación de la economía".
Del mismo modo, justificó las turbulencias financieras de los últimos días al afirmar que "es inevitable que países que están transitando por este tipo de programas de estabilización tengan períodos de volatilidad".
El FMI le suelta la mano a Caputo por el cepo
Pese a este respaldo general, el FMI evitó darle un respaldo concreto al Gobierno respecto a la salida del cepo cambiario, es decir, en relacióna a lo que Milei y Caputo más necesitan ahora para dar señales de sostenibilidad del programa y crecimiento económico al mercado.
Al ser consultada sobre la posibilidad de negociar con el ministro de Economía, Luis Caputo, por el envío de nuevos dólares por fuera del programa actual, Kozack señaló que “no hay un cronograma específico para tales discusiones”.
Así, contradijo directamente a Caputo, quien esta misma mañana había afirmado, en declaraciones a Radio Mitre, que “estamos empezando a hablar de un nuevo acuerdo y septiembre parece poco porque, en general, los acuerdos llevan un poco más, pero sí, seguro para este año”.
No solo eso, sino que Kozack además remarcó que el ministro de Economía no pidió formalmente iniciar conversaciones sobre un nuevo programa, pese a que Caputo había mencionado esa voluntad en la carta de intención que firmó para la octava revisión del acuerdo. "Los funcionarios se involucrarán en discusiones sobre un posible nuevo acuerdo, como lo haríamos con cualquier miembro del FMI que lo pidiera formalmente", dijo en ese sentido.
Por otro lado, la vocera remarcó que "hay plena confianza en Rodrigo Valdés y todo su equipo”. Así, respaldó sin miramientos al director del Departamento del Hemisferio Occidental, uno de los funcionarios clave en las negociaciones con Argentina, que había sido cuestionado por Milei semanas atrás.
A fines de junio, Milei había cruzado a Valdés sin nombrarlo, cuando afirmó que la emisión de los puts por parte del Banco Central, un elemento que para el Gobierno complica la salida del cepo, fue culpa no solo del gobierno previo sino también de la "vista gorda" de los funcionarios del FMI.
"No sólo es responsabilidad del gobierno anterior, sino de un técnico del FMI que hizo la vista gorda con esto, alguno con vínculos con el foro de San Pablo", afirmó entonces el Presidente, criticando la supuesta pertenencia de Valdés, exministro de Hacienda de Michelle Bachelet en Chile, a ese órgano identificado con una visión de izquierda y progresista.
Como se ve, todos los roces remiten a la cuestión de cuándo podrá concretarse la salida del cepo, mientras Milei afirma que solo podrá levantarse cuando la inflación y la devaluación mensuales converjan en una cifra cercana a cero, posponiendo la fecha indefinidamente. Se trata de una pésima señal para los mercados, que ven como no hay en el horizonte un momento para la reactivación económica.
Sin conversaciones para un nuevo programa a la vista, el Gobierno no puede contar con los aproximadamente 15.000 millones de dólares extra que dice necesitar para levantar las restricciones cambiarias sin correr riesgo de que una masiva compra de dólares genere un nuevo salto devaluatorio que dispare la inflación, como le ocurrió a Macri en 2015-2016.
De este modo, la opción que le queda a Caputo es obtener los dólares del campo, que hasta ahora se mostró reacio a liquidar con el tipo de cambio actual, y mantiene un stock de cosecha del 73%, récord para los últimos años.