El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informó hoy que está vigente la primera alerta para el control de la polilla de la vid en la provincia de Mendoza.
Dentro del Programa Nacional de Prevención y Erradicación de Lobesia botrana, recordó el Senasa, todos los productores vitivínicolas de la provincia deberán aplicar los productos fitosanitarios cuando el cultivo presente racimos florales de 5 a 7 centímetros.
Los productores de uva deberán realizar la primera aplicación de los productos fitosanitarios cuando el cultivo presente racimos florales visibles, con el objetivo de controlar los huevos y las larvas provenientes del primer vuelo de estadíos adultos de la plaga, con fecha límite el 7 de noviembre.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
El tratamiento deberá repetirse según el poder residual del producto elegido, con el objetivo de mantener protegido al cultivo durante todo el período establecido, advirtió el Senasa.
La fecha de inicio del tratamiento dependerá de la variedad y la zona donde se encuentre el cultivo, por lo cual cada productor deberá prestar suma atención al momento que sus racimos florales alcancen los 5 cm.
Las alertas fitosanitarias están destinadas a indicar cuál es el momento más oportuno para realizar las aplicaciones de productos autorizados por el Senasa para el control de la plaga, con el fin de que el tratamiento resulte efectivo.
Los productores y productoras que estén implementando la Técnica de Confusión Sexual (TCS), con los difusores de feromonas, también deberán realizar esta aplicación para el control de la polilla, aclaró el organismo sanitario.
La Lobesia botrana es una plaga que ataca principalmente el cultivo de vid, por ello se la conoce comúnmente como "la polilla de la vid", de importancia cuarentenaria para la Argentina que se encuentra bajo control oficial.
Produce daños directos provocando pérdidas en los volúmenes de producción, menor rendimiento por planta, afectando además la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación; y favorece el ataque de diversos hongos patógenos que provocan la podredumbre del racimo.
En uva para vinificar, los residuos que dejan estos hongos transmiten mal olor y sabor a los vinos (daños indirectos); y la uva de mesa con destino a exportación debe dar cumplimiento con tratamientos cuarentenarios internacionalmente aceptados que elevan el costo de producción.
La plaga estuvo ausente en Sudamérica hasta 2008, cuando el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) de Chile detectó su presencia en su territorio.
Como resultado de las acciones del sistema oficial de vigilancia de la Dirección Nacional de Protección Vegetal del Senasa, en febrero de 2010 se detectaron en trampas, ejemplares adultos de la polilla en dos predios próximos a la localidad de Maipú, Mendoza.
Con información de Télam