Estados Unidos no podrá dejar de depender de China en su cadena de suministro de minerales críticos necesarios para producir desde vehículos eléctricos a paneles solares, pese a los intentos de Washington de diversificar sus fuentes, reconoció hoy un funcionario de la Casa Blanca.
Esto no se trata de China. Estamos perfectamente felices de trabajar con ellos y en este momento compramos muchos de los minerales a empresas chinas. Buscaremos diversificar, dijo José Fernández, subsecretario de Crecimiento Económico y Medio Ambiente a los medios de prensa en Nueva York.
Para Fernández, el rol de China en el procesamiento de minerales implica que seguirá siendo un socio clave de Estados Unidos, al ser un componente esencial para producir las baterías de autos eléctricos.
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Precisamente, la administración de Joe Biden busca impulsar la transición hacia este tipo de automóviles.
La importancia de China no radica solamente en los minerales sino también en otras tecnologías como los electrolizadores de hidrógeno: equipos que permiten separar a escala industrial el hidrógeno y el oxígeno con el uso de electricidad generada a partir de fuentes renovables, en lugar utilizar procesos basados en metano.
A fines de este año, China controlará la mitad de la capacidad instalada de electrolizadores que producen hidrógeno, según destacó la Agencia Internacional de Energía (AIE) en un informe.
El mundo los necesita involucrados porque detrás de esto está el cambio climático y no vamos a poder solucionar la crisis climática sin la participación de ellos, señaló en declaraciones difundidas por la agencia de noticias Bloomberg.
Fernández lidera una iniciativa impulsada por el Departamento de Estado denominada Alianza de Seguridad de Minerales, la cual busca impulsar la inversión externa y la trasferencia de conocimiento en los sectores mineros de países en desarrollo que buscan entrar en la cadena internacional como proveedores de litio, magnesio y cobalto, entre otros minerales.
China es la segunda economía más grande del mundo, y uno de los principales socios comerciales de los Estados Unidos. Vamos a seguir trabajando con ellos, defendiendo nuestros intereses, protegiendo a nuestras empresas y criticándolos cuando lo creamos necesario, agregó.
En un signo de distención, Estados Unidos y China formalizaron el establecimiento de dos grupos de trabajo que se reunirán regularmente para discutir temas económicos y financieros, como también discutirán tópicos como la reestructuración de deuda en países en desarrollo.
En las últimas semanas varios altos funcionarios de Estados Unidos, como la titular del Tesoro, Janet Yellen, y la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, visitaron China para estabilizar los lazos tras una escalada de tensión en asuntos de seguridad y comercio.
Se trata de la primera iniciativa que permitirá un diálogo económico periódico entre las potencias desde que el expresidente estadounidense, Donald Trump, eliminó esas instancias en 2018.
Estos grupos servirán como importantes foros para comunicar los intereses y preocupaciones de América, promover una competencia económica saludable entre ambos países y avanzar la cooperación en desafíos globales, destacó Yellen.
Del lado de China, en tanto, el objetivo de discutir controversias como las sanciones establecidas por Estados Unidos a firmas y productos chinos en los últimos años.
Mientras Estados Unidos intenta resolver sus diferencias con China, en el último tiempo se acrecentaron las tensiones comerciales entre Europa y el país asiático, quienes, paradójicamente, gozaban de un mejor vinculo.
Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo en la Comisión Europea (CE), afirmó en una conferencia en Shanghái que la Unión Europea (UE) tiene una relación comercial muy desbalanceada con China.
La UE busca reducir los riesgos y mermar su dependencia de China, manteniendo acceso a su mercado, señaló Dombrovskis.
La CE anunció recientemente una investigación antidumping a los autos eléctricos chinos, porque considera que la gran cantidad de subsidios estatales que reciben implica un caso de competencia desleal al venderse de forma barata en Europa y distorsionar el mercado local.
Es un acto de proteccionismo que va a distorsionar seriamente la cadena global de la industria automotriz, denunció el Ministerio de Comercio chino ante el anuncio.
Con información de Télam