La inflación del Reino Unido, impulsada principalmente por el aumento de los precios del tabaco y las bebidas alcohólicas, registró de forma inesperada un incremento, alcanzando el 4% en el año hasta diciembre, según datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).
Este aumento se produce a pesar de las previsiones de los economistas, que anticipaban una disminución de la inflación del 3.9% registrado el mes anterior al 3.7%.
La reciente suba en los costos de estos productos ha sido un factor clave en este cambio de tendencia.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
El ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, comentó sobre la situación, señalando que la inflación no disminuye en línea recta, pero insiste en que nuestro plan está funcionando.
Estas cifras de inflación serán cruciales para las próximas decisiones del Banco de Inglaterra (BoE) sobre si reducir o no las tasas de interés en los meses venideros.
La inflación, que mide el ritmo al que aumentan los precios, ha estado desacelerándose en el Reino Unido desde que alcanzó un pico del 11.1% en octubre de 2022.
Sin embargo, el costo de vida sigue alto, siendo el objetivo de inflación del Banco de Inglaterra del 2%.
El aumento en la tasa anual se debió en gran parte a un incremento del Gobierno en los impuestos al tabaco con el objetivo de reducir su consumo, después de anunciar impuestos más altos en el presupuesto de este año.
Los precios del tabaco aumentaron un 16% en el año, y el costo de comprar alcohol y tabaco agregó la mayor contribución a la inflación desde 2006.
Grant Fitzner, economista jefe de la ONS, explicó que los aumentos de precios del tabaco fueron parcialmente compensados por una caída en la inflación de alimentos, donde los precios aún subieron, pero a una tasa mucho más baja que el año pasado.
Mientras tanto, los precios de los bienes que salen de las fábricas han cambiado poco en los últimos meses, y los costos de las materias primas siguen siendo más bajos que hace un año.
La inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como energía, alimentos, alcohol y tabaco, se mantuvo inesperadamente sin cambios en el 5.1%, un desarrollo que será seguido de cerca por el Banco antes de su próxima decisión sobre las tasas de interés el 1 de febrero.
A su vez, la inflación de servicios aumentó del 6,1% al 6,2%.
Los precios de los combustibles para motores cayeron un 10,8% en el año hasta diciembre, en comparación con una disminución del 10,6% en el año hasta noviembre, después de una caída de alrededor de 8 peniques por litro para la gasolina y el diésel en el mes.
Los mercados financieros habían estado esperando que el Banco recortara las tasas de interés este año en respuesta a la caída de la inflación y al crecimiento económico poco impresionante, después de haber impulsado los costos de endeudamiento al nivel más alto desde la crisis financiera de 2008.
No obstante, este desarrollo permitirá al primer ministro, Rishi Sunak, declarar una victoria en su principal prioridad económica para 2023, después de prometer en enero pasado reducir la tasa a la mitad para fin de año, en un momento en que estaba por encima del 10%.
La mayoría de los economistas esperaban que cayera tanto de todos modos, pero la inflación resultó ser más persistente de lo estimado.
Con información de Télam