Alemania debería diversificar sus proveedores de hidrógeno y no cometer los mismos errores cometidos en el pasado con las importaciones de gas, uno de los motivos que la llevó a una crisis energética al comenzar la guerra entre Rusia y Ucrania, señaló un informe difundido hoy del Instituto Fraunhofer de Investigación en Sistemas e Innovación.
El estudio, al cual accedió la agencia de noticias DPA, recomienda que Alemania importe hidrógeno de países vecinos y de la Unión Europea (UE) como España.
Se trata de países que cumplen las condiciones de producir a un costo favorable, que poseen un potencial de producción renovable, además de estabilidad geopolítica.
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El informe subraya el papel clave que tendrá el hidrógeno en la transición energética y, en el caso particular de Alemania, en la reestructuración de la economía, por ejemplo, en la industria siderúrgica.
Recientemente, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, indicó que un tercio del hidrógeno necesario podría producirse en Alemania pero que el restante tendría que importarse, y, en ese marco, anticipó que su área está elaborando una estrategia de importación.
Con ese objetivo, Habeck visitó varios países como Argelia y señaló que el gobierno quiere prestar atención a las normas sociales y ecológicas del país de producción antes de llegar a acuerdos.
Alemania quiere evitar caer en el fracaso de su dependencia con Rusia en el gas, que la obligó a buscar urgentemente a otros sustitutos luego de desencadenarse la guerra en Ucrania.
El estudio indicó que el hidrógeno verde y los derivados del hidrógeno –producidos a través de energías renovables como la eólica y la solar- seguirán siendo caros a corto y mediano plazo.
Por lo tanto, una estrategia de importación debería concentrarse en sectores de la producción donde los objetivos climáticos solo pueden alcanzarse con dichos recursos como la siderurgia, la química básica, el transporte aéreo y marítimo; y las refinerías.
Por otro lado, estima que aún demandará tiempo el desarrollo de las infraestructuras de producción y transporte de hidrogeno en el mundo, por lo que no se esperan grandes volúmenes de intercambio entre los países hasta después de 2030.
Con información de Télam
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