La sequía que afectó a Entre Ríos los últimos años -considerada la peor en seis décadas- y las lluvias muy por debajo de los registros normales históricos generó 41% menos de producción agrícola de la provincia y pérdidas por al menos de US$ 600 millones, estimó la Bolsa de Cereales entrerriana.
La campaña agrícola tuvo una inversión cercana a los US$ 2.200 millones en los tres principales cultivos empleados (trigo, maíz y soja), y una pérdida económica de aproximadamente US$ 600 millones, según la entidad.
Los cultivos de trigo, maíz y soja, que abarcaron 91% del área sembrada y 85% de la producción, registraron pérdidas de 26% en promedio, debido a rendimientos provinciales por debajo de lo necesario para recuperar la inversión.
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El organismo indicó que se lograron producir unos 2.300 kilógramos de maíz de primera por hectárea, por debajo del rendimiento de indiferencia de 3.800 kilos, y lo mismo ocurrió con la soja, con una producción de 718 kilos por hectárea, menos de la mitad del rendimiento mínimo para tener ganancias.
Por otro lado, un estudio ganadero de la Fundación de Lucha contra Fiebre Aftosa (Fucofa) detectó pérdidas por otros US$ 492 millones, y cerca de 90% de los productores debieron encerrar a la hacienda al no quedar nada de pastoreo y alimento.
Sin embargo, el informe no tuvo en cuenta la mortandad de animales, ventas forzosas, pérdidas de condición corporal, sobrecostos por traslado de agua y suplementación.
Según la Bolsa de Cereales entrerriana, 2022 fue el año "más seco de los últimos sesenta" períodos, y el trienio 2020/21/22, se destaca como el más seco "jamás observado".
Los registros pluviales en Entre Ríos se posicionaron entre los diez más bajos de los últimos 60 años en gran parte de la provincia, donde también las lluvias caídas llegaron a ser hasta seis veces menos de lo que normalmente debe llover.
Ese escenario, y las temperaturas por encima de los valores normales, provocó una casi nulidad de reservas hídricas y un marcado avance de la sequía en el suelo entrerriano.
De esa manera se generó un retraso en las siembras, resiembras, fuertes consecuencias sobre los cultivos, y se complicó la producción de forraje, principal alimento del ganado.
Con información de Télam