El vicepresidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), Pablo Asens, resaltó que "la potencialidad del enoturismo no tiene techo" en el país y contribuye a la sostenibilidad económica, social y ambiental del sector vitivinícola.
"El interés en trabajar en el enoturismo es cada vez más fuerte: 38 bodegas abrieron sus puertas en el 2000 y hoy tenemos casi 400" establecimientos, recordó Asens en diálogo con Télam.
Y agregó: "No solamente bodegas, sino elaboradores artesanales, pequeños productores que se transformaron en pequeñas bodegas que hoy, gracias al enoturismo, pueden dar visibilidad a sus productos, recibir turistas, vender sus botellas, crecer, sostenerse".
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"No hay duda de que el enoturismo va a seguir creciendo en el país; hoy el interés que tiene el turista es fundamental para seguir apalancando esto que para nosotros es fundamental, no solamente por vender una botella de vino, sino para conocer todo el esfuerzo que hay atrás una botella de vino", añadió.
Asimismo, pidió entender que "el vino es nuestra bebida nacional, parte de nuestras tradiciones, de nuestro gen, de nuestra historia y una industria que nos representa en el mundo: Argentina es fútbol, carne, vino, tango y Patagonia, elementos que nos identifican a los argentinos en el mundo".
"El enoturismo es la estrella de las actividades del turismo en la Argentina; no por nada, la Guía Michelín incluyó a Mendoza, además de Buenos Aires", resaltó, al tiempo que aseguró que "la potencialidad del enoturismo no tiene techo",
Tras recordar que el enoturismo es uno de los ejes del Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) reformulado al 2030 y que para ello la entidad va a trabajar en capacitación y colaborar a que "muchas bodegas se inserten en el enoturismo, que abra su puerta al turismo".
En este sentido, admitió que "hay bodegas que están en un nivel superlativo y otras que necesitan trabajar mucho más en la atención del turista", señaló que "en turismo la oferta genera la demanda, pero ciertos lugares padecen problemas de conectividad".
"Cada turista extranjero que viene a la Argentina y visita una bodega tiene un impacto socioeconómico muy fuerte, más en el caso de los pequeños productores", resaltó.
Este rol del enoturismo, de contribuir a la sostenibilidad económica social y ambiental de la vitivinicultura, es uno de los objetivos principales de la Coviar porque "no podemos permitir que se achique o desaparezca un productor más y una bodega más".
Con información de Télam