Las solicitudes de subsidios por desempleo en Estados Unidos crecieron la semana pasada tanto en lo que respecta a los nuevos pedidos como a aquellos en curso, indicó hoy la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo.
En la semana que terminó el 28 de octubre, 217.000 personas solicitaron prestaciones de desempleo por primera vez tras haber sido despedidas, un ascenso de 5.000 pedidos respecto de la semana anterior.
Por otro lado, la cantidad total de subsidios en curso subió, por sexta semana consecutiva, a 1.818.000 personas en la semana que terminó el 21 de octubre, 35.000 más que en la semana precedente y el mayor nivel desde abril, lo cual estaría indicando que quienes pierden sus empleos tienen más complicaciones para encontrar uno nuevo.
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En el mismo periodo de 2022, las prestaciones totales totalizaban 1.432.0000 de personas.
Los principales incrementos de pedidos semanales se dieron en los Estados de Oregón, Nueva York y Pennsylvania, mientras que los descensos más pronunciados fueron en Tennessee, Michigan y Carolina del Norte.
Si bien los números de empleo en Estados Unidos continúan sólidos y los números de desocupación son relativamente bajos, los analistas coinciden en que el ritmo de contrataciones se está desacelerando y es por ello que se tarda más tiempo a la hora de buscar un nuevo puesto.
Los niveles (de desempleo) siguen siendo bajos, y la actividad económica y la demanda continúan fuertes. Sin embargo, los números de subsidios en curso muestran signos de una desaceleración en la demanda de trabajadores, comentó Rubeela Farooqi, economista en jefe de High Frequency Economics a la agencia Bloomberg.
En ello coincide la analista Eliza Winger, quien indicó que la suba modesta en los nuevos pedidos y el incremento persistente en aquellos en curso, sugieren una ralentización en el mercado laboral.
En los últimos reportes de desempleo, los datos tomados de las encuestas de los hogares muestran que el número de personas cayendo en la desocupación está creciendo más rápido que el número de personas que vuelven a tener trabajo, lo cual usualmente es un indicador de un salto en la tasa de desempleo, agregó.
De todos modos, los especialistas creen que, parte del crecimiento de los nuevos pedidos de las últimas semanas, responde a las huelgas en la industria automotriz.
El mercado laboral es un dato clave para la Reserva Federal (FED) a la hora de definir su política monetaria: sus funcionarios creen que una oferta demasiado reducida de trabajadores podría presionar a los precios de la economía y generar inflación.
El organismo monetario subió once veces sus tasas desde marzo de 2022, llevándola de niveles cercanos a cero a 5,25%, un récord en 22 años, con el objetivo de bajar la inflación; aunque en las últimas dos reuniones decidió mantenerlas sin cambios.
El titular de la FED, Jerome Powell, manifestó ayer que el mercado laboral se está enfriando, pero advirtió que, si esa tendencia se detiene, esto podría poner en riesgo el progreso logrado en la inflación y requeriría de un mayor ajuste en la política monetaria.
El Departamento del Trabajo informó que en septiembre el último mes con datos disponibles- la economía estadounidense incorporó 336.000 puestos de trabajo ese mes frente a los 227.000 de agosto, una cifra mayor a la anticipada, manteniéndose la tasa de desempleo en 3,8%.
Con esos datos, el mercado laboral de Estados Unidos encadenó 33 meses consecutivos creando empleo.
Con información de Télam