El economista Marcelo Capello, de la Fundación Mediterránea, manifestó hoy que el lanzamiento de cuasimonedas provinciales como el Bono Cancelación de Deuda (Bocade) en La Rioja, podría generar inflación de modo directo o indirecto.
(Las cuasimonedas) Tienden a generar inflación de modo indirecto o indirecto. Indirecto sería si la provincia emite muchos bonos en relación con su recaudación de impuestos o si emite muchos en relación con la Base Monetaria en pesos que es la moneda de curso legal nacional. Si hace eso, el bono tiende a desvalorizarse, explicó esta mañana en diálogo con CNN Radio.
Si eso llega a ocurrir, quién recibe el bono y luego quiere venderlo para hacerse de pesos, podría llegar a perder el valor por el cual había cobrado, carcomiéndose su poder adquisitivo.
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Por otro lado, Capello indicó que también podría haber un efecto inflacionario directo.
Eso puede llegar a pasar si los comerciantes cobran un precio mayor al que pague con bonos o que suba el precio tanto para el que pague con pesos como con bonos, porque saben que una porción de los bonos que venda en el mercado van a tener un descuento, explicó el especialista.
Durante la crisis de 2001 -recordó- la circulación de cuasimonedas tendió a generar una inflación local, unos puntos por arriba de la inflación nacional, lo cual sería más acentuado en la actualidad en un contexto de alta inflación nacional.
Capello no descartó que, si se suman más provincias a este tipo de iniciativa, podría darse una guerra fiscal con Nación.
Si varias provincias empiezan a emitir estos bonos que tienen alguna característica de moneda o dinero, emitirían dinero en definitiva y eso haría que eviten el ajuste fiscal, complicándole las cosas al gobierno nacional, que intenta bajar la inflación, aseveró.
Además, consideró que no cargarían con el costo político pues las provincias no son vistas por la sociedad como las que generan inflación con sus políticas económicas.
En el caso de La Rioja, la legislatura de esa provincia aprobó la semana pasada un proyecto que prevé una emisión de $ 15.000 millones en Bocades, los cuales se usarán para cubrir 30% del salario de los trabajadores de la administración pública y llevarán la denominación de El Chacho en honor al caudillo Ángel Vicente Peñaloza.
Quienes cobren el bono podrán pagar impuestos provinciales y, a través de convenios, utilizarlos como medio de pago en supermercados y comercios, lo cual convierte al bono en la práctica en una cuasimoneda.
Si bien el bono apunta a que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo, Capello advirtió que, si pierde valor para venderlo o si en los comercios se los cobran más caro, termina funcionado, en definitiva, como una quita salarial.
Por último, el analista descartó que la reimplementación del Impuesto a las Ganancias a través de una baja en su mínimo no imponible ayude a mejorar la situación fiscal de La Rioja.
Si se aprueba Ganancias, no necesariamente La Rioja va a bajar el proyecto de cuasimonedas porque tiene el problema de las transferencias discrecionales. El Gobierno de (el presidente) Javier Milei anunció que uno de los recortes de gasto sería en las trasferencias, ya sea para obra pública o como asistencia a los tesoros provinciales. La Rioja es muy dependiente de estos fondos: en 2022 representaron el 30% de todos sus recursos y el año pasado 12%, señaló Capello.
En ese marco, el economista de la Fundación Mediterránea consideró que, a largo plazo, tanto Nación como provincias tienen que hacer un esfuerzo compartido para bajar, al menos, una parte del gasto que subió en los últimos años.
Con información de Télam