El denominado bagazo cervecero seco, subproducto de la industria cervecera, fue incorporado en el Código Alimentario Argentino como ingrediente para panificados y repostería, informaron desde la Dirección Nacional de Alimentos.
Por cada litro de cerveza producido se obtienen 600 gramos de bagazo de cebada húmedo, que se puede convertir en una harina de alto valor proteico y gran aporte nutricional, con balance de aminoácidos, que eleva el contenido de fósforo y aumenta la ingesta de prebióticos y antioxidantes.
Con más de un millón de toneladas de molienda de cebada cervecera durante 2022, el sector registró un récord histórico, según cifras oficiales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
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A su vez, según un relevamiento de la Cámara de Cerveceros Artesanales de Argentina (CCAA), hay unos 2.500 productores de cervezas artesanales que producen 25 millones de litros al año.
Este subproducto representa 85% de los residuos de esta industria y es, en promedio, el 31% del peso original de la malta utilizada durante la misma.
El bagazo de cebada posee un elevado aporte nutricional: entre 15 y 26% de proteínas, 70% de fibras, lípidos (entre 3,9 y 18%, de los cuales 67% son triglicéridos), vitaminas, aminoácidos y compuestos fenólicos, además de calcio, el fósforo y el selenio.
En una reciente resolución se estableció un marco normativo que reglamenta el uso del bagazo de cerveza para poder incluirlo en la formulación y comercialización de productos alimenticios con este ingrediente.
Para el director nacional de Alimentos, Pablo Morón, esto es un verdadero logro que abre la posibilidad de transferir al sector industrial propuestas que pueden generar un impacto positivo en la salud y la nutrición de la población".
"Además, permite reutilizar un subproducto de una industria en auge, transformarlo en una harina de alto valor proteico que permite agregar valor a las producciones y diversificar la actividad, al tiempo que se reduce el impacto ambiental, agregó.
Adicionalmente, señaló Morón, "posibilitará el crecimiento de la industria de manera sustentable, generando un impacto social y ambiental positivo; el apoyo de la economía circular, y la disminución de las pérdidas y desperdicios de alimentos.
Juan Manuel González Insfrán, presidente de la CCAA, lo consideró un paso más en pos del desarrollo, la profesionalización y el crecimiento del sector cervecero artesanal independiente, quienes durante años trabajamos en pos de visibilizar este segmento y sus virtudes.
Y agregó: Esto permite abrir más posibilidades de desarrollo para los productores cerveceros independientes y hacer a las cervecerías más sustentables y amigables con el ambiente.
Por su parte, Noemi Zaritzky -investigadora del Conicet y profesora extraordinaria categoría emérito de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata-, aseguró: Utilizar el bagazo de cerveza como insumo para elaborar productos de consumo humano se enmarca en el concepto de economía circular.
Asimismo, Martín Boan -sommelier y director del Centro de Cata de Cerveza- celebró la incorporación del subproducto al Código y dijo: La comercialización del bagazo seco para harinas abre todo un nuevo canal de comercialización inédito para seguir expandiendo el mundo cervecero.
El logro fue el resultado de las gestiones realizadas en la Comisión Nacional de Alimentos (Conal) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, quienes convocaron a la Red de Seguridad Alimentaria (RSA) del Conicet para formar un Grupo Ad Hoc integrado por 15 especialistas.
Con información de Télam