El desarrollo de la electromovilidad, tanto en vehículos particulares como en el transporte de carga y de pasajeros, es "crucial" para cumplir con las metas de descarbonización planteadas en el Acuerdo de París para 2030, y los países de América Latina cuentan con la "enorme oportunidad" de avanzar en ese aspecto y superar el rezago respecto de los países centrales.
Así se sostuvo hoy en el seminario "El potencial de la electromovilidad en América Latina y el Caribe", realizado en la ciudad de Buenos Aires por el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal) del sector Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Al respecto, la directora del Intal-BID, Ana Basco, destacó en la apretura las "cinco razones" que le darían a la región la "enorme oportunidad" tanto en lo económico como en lo ambiental si encara las necesarias políticas de incentivo para el desarrollo del sector, tanto en la producción y comercialización de vehículos eléctricos y electropartes como en la infraestructura de carga.
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"Sabemos de la gravedad que representa el cambio climático y en ese sentido América Latina es una de las regiones más afectadas, pero a la vez de las que menos contamina", planteó.
Al respecto, puso de manifiesto los compromisos asumidos en el Acuerdo de París por los principales países de la región (entre ellos la Argentina) en el cumplimiento de metas de reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y que la cadena de electromovilidad "contribuiría a reducir".
Ese aspecto llevó a Basco a considerar el tercer punto: "el 23% de las emisiones de GEI proviene del transporte y dentro de ellas el 40% corresponde al transporte automotor".
Como cuarto aspecto a considerar, la directora de Intal-BID abordó la consideración de toda la cadena de valor de la electromovilidad, desde la extracción de los minerales estratégicos hasta la producción de los vehículos terminados, como "una diagonal entre los objetivos de cambio climático y de crecimiento", a los efectos de desacoplar la correlación directa entre las dos variables.
La quinta razón señalada en su exposición apuntó a que la demanda por avances en la electromovilidad no se limita a los gobiernos y profesionales sino también a los consumidores, al punto que en una encuesta que Intal-BID encomendó a Latinobarómetro concluyó que "el 84% de los latinoamericanos cree que se pueden conciliar crecimiento y desarrollo sustentable y está dispuesto pagar hasta un 20% más por un bien o servicio producido de manera amigable con el ambiente".
La jefa de la División Transporte del BID, Ana María Pinto, expresó en un contacto virtual desde Washington que "se necesitan respuestas efectivas, integrales y multisectoriales" para que los países de América Latina desarrollen la producción y comercialización de vehículos eléctricos, ya que el sector es "crucial para la descarbonización" en la región y el mundo.
En ese sentido, planteó los desafíos para su desarrollo, entre los que señaló "la falta de escala" y que se proyectan un crecimiento del parque automotor superior al promedio mundial.
"Si crecemos (sin el desarrollo de la electromovilidad) nuestras emisiones van a aumentar", advirtió, razón por la que remarcó que el BID "tomó el tema como una prioridad", con el aporte de estudios técnicos, la modernización de marcos regulatorios y el financiamiento a través del Fondo de Electromovilidad para Ciudades Resilientes.
Con información de Télam