Las órdenes en la industria de Alemania cayeron 11,7% mensual en julio, peor de lo esperado por los economistas, quienes estimaban un retroceso de sólo 4,3%, y la mayor caída desde abril de 2020, en el inicio de la pandemia de coronavirus, informó hoy la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
El descenso en los pedidos industriales de julio le siguió a un fuerte avance de 7,6% en junio que, según el organismo estadístico de la primera potencia europea, respondió en gran parte a un pedido importante en la fabricación de aviones y la industria aeroespacial.
En términos interanuales, se verifica también una caída de la demanda hacia la industria alemana con un retroceso en los pedidos de 10,5%, tras un incremento de 3,3% en julio.
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Por otra parte, si se toma al periodo mayo-julio, los nuevos pedidos recibidos por las fábricas alemanas aumentaron 3,1% respecto a los tres meses anteriores, según las cifras citadas por las agencias de noticias Europa Press y Bloomberg.
Además de la disminución en la fabricación de equipos de transporte, en julio hubo caídas en los pedidos de productos informáticos, electrónicos y ópticos (-23,6%), maquinaria (-8,7%), material eléctrico (-16,7%) y productos metálicos (-14,2%) respecto a la demanda registrada en junio.
El dato positivo provino de los fabricantes de vehículos de motor, remolques y semirremolques que registraron un aumento de 2,7% mensual en los nuevos pedidos.
Si se toma en cuenta el tipo de bien demandado, los nuevos pedidos de los bienes de capital disminuyeron 15,9% mensual, 4,5% en el caso de los bienes intermedios, y 8,2% en los de consumo.
No hubo distinción de la caída de la demanda respecto a su lugar de procedencia: los pedidos del exterior cayeron 12,9% con una baja de 24,4% en la Eurozona y 4,1% en el resto del mundo, mientras que los internos también mermaron 9,7%.
Si bien se trata de una estadística volátil, la misma refleja que Alemania se encamina a tener los peores números económicos entre las potencias del G7, lugar que recientemente ocupaba Reino Unido.
El debilitamiento de la demanda proveniente desde China -a causa de su propio estancamiento económico- y la crisis energética que impacta en las industrias alemanas son dos de los factores que impactan en la demanda de los bienes alemanes.
A esto se le suman las condiciones financieras restrictivas, fruto de la suba de tasas de interés por el Banco Central Europeo (BCE) con el objetivo de bajar la inflación.
Tras una recesión en el invierno boreal a fines del año pasado e inicios del actual, el Producto Bruto Interno (PBI) alemán se mantuvo estancado en el segundo trimestre y se estima que también será el caso en el actual tercer trimestre.
Algunos pronósticos, como el de Instituto Kiel, son aún más negativos y prevén una contracción de 0,3% en el tercer trimestre, con una caída anualizada para 2023 de 0,5% y un débil rebote para el año próximo.
La situación que vive Alemania reavivó su caracterización como el hombre enfermo de Europa, una etiqueta que tuvo durante los años posteriores a su reunificación en los años noventa.
Es verdad que caímos en una recesión técnica en el invierno (boreal) y que el desarrollo de la economía desde ese entonces no fue satisfactorio, pero esperamos que esa imagen cambie, afirmó el presidente del Bundesbank, Joachim Naguel, en una entrevista al diario económico alemán Handelsblatt.
Con información de Télam