Más de 600 efectivos controlarán la seguridad de Tigre-San Pablo

06 de abril, 2023 | 13.40

Unos 660 policías de la provincia de Buenos Aires controlarán esta noche la seguridad en Tigre-San Pablo de Brasil por la Copa Sudamericana, un partido con graves antecedentes de violencia en 2012.

El operativo en el estadio José Dellagiovana, cuya capacidad es de 26.000 espectadores, se pondrá en marcha a las 17.00, cuatro horas antes del partido correspondiente a la primera fecha del Grupo D.

La Agencia de Prevención contra la Violencia en el Deporte (Aprevide) informó que "se implementará un amplio dispositivo, con presencia policial preventiva en puntos fijo y recorridos por las adyacencias del estadio, estaciones del ferrocarril y refuerzo de la vigilancia en los sectores visitantes".

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Los hinchas de San Pablo ingresarán por Avenida Del Libertadores y Guido Spano sólo con entradas adquiridas en venta anticipada y en su recorrido hacia la cancha serán acompañados por la Policía de la Ciudad y la de la Provincia.

La Aprevide contó con la cooperación de la Comisaría de Represión de Delitos en el Deporte del Estado de San Pablo para aplicar el derecho de admisión a los fanáticos llegados desde Brasil.

El plantel "tricolor" contará con custodia desde su salida del hotel de concentración hasta el estadio.

Las autoridades de seguridad recomendaron concurrir con antelación para garantizar un ingreso fluido a la cancha. No se permitirá acceder con insignias y vestimenta de otros clubes, botellas, papeles, material pirotécnicos, banderas que inciten a la violencia, máscaras, caretas o capuchas que dificulten la identificación de las personas.

El encuentro de esta noche fue calificado de alto riesgo por los incidentes ocurridos en la final revancha de la Sudamericana 2012, que se suspendió en el entretiempo después de una gresca entre los jugadores al final de la primera etapa y la posterior agresión de la seguridad brasileña.

El equipo entonces dirigido por Néstor Gorosito denunció una zona liberada en el vestuario visitante para que los efectivos golpearan y amenazaran con armas a los jugadores, quienes se negaron a salir a disputar la segunda parte por las heridas recibidas y el desborde emocional producto de la violenta situación.

San Pablo, que ganaba la revancha 2-0 tras el empate sin goles en la ida, fue declarado campeón de la copa.

Con información de Télam