Arabia Saudita, primer rival de Argentina en Qatar 2022, conforma el grupo de seleccionados que buscará competir con permiso para disfrutar, en su condición de vecino, de la fiesta del primer Mundial en Medio Oriente.
Los 580 kilómetros que separan la capital de su país, Riyadh, de Doha lo transforman prácticamente en un anfitrión alternativo, algo que puede corroborarse en el último informe de demanda de entradas publicado por la FIFA.
Los saudíes ocupan el cuarto puesto en el ranking de compra de tickets después de Qatar, Estados Unidos e Inglaterra y el partido debut con Argentina, programado para el martes 22 noviembre a las 7.00 en el estadio de Lusail, fue uno de los primeros en agotarse, confirmó el CEO de la Copa del Mundo, Nasser Al-Khater.
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Los "Halcones del Desierto" completarán su agenda en el Grupo C frente a Polonia, el sábado 26 a las 10.00 en el Estadio de la Educación, y México, el miércoles 30 a las 16.00 en Lusail.
Si la lógica se impone sobre el factor sorpresa, difícilmente Arabia Saudita pueda cumplir el sueño de repetir la actuación de su primer Mundial en Estados Unidos ´94 cuando alcanzó los octavos de final y fue eliminado por Suecia.
Comparado con el potencial de sus rivales, es más esperable que repita una participación con límite en primera ronda como sucedió en Francia '98, Corea-Japón 2002, Alemania 2006 y Rusia 2018, donde fue dirigido por el argentino Juan Antonio Pizzi.
Como sea, competirá en Qatar con el mérito de encabezar junto a Irán el ranking de presencias mundialistas (6) entre países de Medio Oriente.
Arabia Saudita, sexto seleccionado de la región asiática en el ranking FIFA (51º), logró su clasificación tras adjudicarse en las dos fases disputadas dentro de la eliminatoria continental.
En primera instancia, ganó de forma invicta (6 victorias y 2 empates) un grupo con Uzbekistán, Palestina, Singapur y Yemen. Luego llegó la ronda final, en la que relegó a respetables adversarios como Japón y Australia, integrantes de una zona que también contuvo a Omán, China y Vietman.
El seleccionado árabe disputó toda la clasificación mundialista de la mano del entrenador francés Hervé Renard, que sustituyó al argentino Pizzi a principios de 2019 luego de la eliminación en los octavos de final de la Copa Asiática.
Renard, de 53 años, llegó con un extenso currículum en selecciones africanas: Zambia (dos ciclos), Angola, Costa de Marfil y Marruecos, con la que disputó el Mundial pasado tras 20 años de ausencia.
Los saudíes tienen una larga tradición de directores técnicos extranjeros en el equipo nacional, en la que resaltan el húngaro Ferenc Puskás (1975), los brasileños Mario Zagallo (1981-1984) y Carlos Parrerira (1988-1990 y 1998), los neerlandeses Leo Beenhakker (1993-1994) y Frank Rijkard (2011-2013) y también los argentinos Jorge Solari (1994), Gabriel Calderón (2004-2005) y Edgardo Bauza (2017).
El plantel que dispone Renard está compuesto por futbolistas militantes en el fútbol árabe, mayormente del Al-Hilal de Arabia, el equipo del riojano Ramón Díaz.
El club con sede en Riyadh le aporta al capitán, el mediocampista central Salman Al-Faraj, de 33 años, que acumula 56 partidos internacionales en su selección y el Mundial de Rusia.
También a su figura, el extremo izquierdo Salem Al-Dawsari (31), de 53 presencias, una Copa del Mundo y un préstamo de 6 meses en Villarreal de España en 2018.
El delantero Saleh Al-Sehri (26), también de Al-Hilal, que fue goleador del equipo en las Eliminatorias Asiáticas, se recuperó de una rotura del tendón de Aquiles derecho en abril pasado y afina su preparación para demostrar sus aptitudes en Qatar 2022.
Con información de Télam