(Por Héctor Laurada).- José Néstor Pekerman saltó de conducir un remise a hacerlo en la selección argentina Sub 20, y de allí a sumarle tres títulos mundiales más de esa categoría al fútbol nacional después del primero logrado en 1979 en Japón con aquel equipo dirigido por César Luis Menotti que fue construido por su antecesor, ese gran maestro de juveniles que fue Ernesto Duchini.
Argentina había protagonizado un papelón histórico en el Mundial de Portugal 1991 bajo la dirección técnica de Reinaldo Merlo, con la actitud violenta de sus dirigidos manifestada en un partido ante el seleccionado local, a tal punto que la FIFA castigó duramente a la AFA impidiéndole que disputara la clasificación para la Copa del Mundo Sub 20 de 1993 en Australia.
El presidente de AFA, Julio Humberto Grondona, había sufrido en carne propia esa sanción y para la próxima cita de 1995 en Qatar quería no solamente participar después de clasificarse en el Sudamericano de Bolivia, sino que pretendía esencialmente borrar de cuajo aquella imagen exhibida cuatro años antes.
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Por eso tenía que elegir bien al cuerpo técnico que debía empezar un trabajo desde cero, ya que en los cuatro años anteriores no se había trabajado en juveniles justamente porque no había competición alguna por la que hacerlo.
Para colmo de males Argentina había sufrido en aquel año 1994 el doloroso episodio de la sanción por doping a Diego Armando Maradona en el Mundial de los Estados Unidos, por lo que para Grondona el cambio de imagen era un imperativo que lo obsesionaba.
Entonces abrió un inédito "concurso de aspirantes" al cargo de entrenador del Sub 20 para el cual cada postulante debía presentar un proyecto que él analizaría y luego elegiría, algo que hizo tomando a pie juntillas la propuesta en sí por encima de los antecedentes de quien la elaboraba.
Y cuando desde todos los ámbitos futbolísticos se daba por sentado que el cargo no iba a salir de dos candidatos con características de formadores, uno más con jugadores grandes y otro con los más chicos, como lo eran Carlos Griguol y Jorge Griffa, respectivamente, el presidente de AFA terminó inclinándose por un tercero cuasi desconocido como José Pekerman.
El nacido en la localidad entrerriana de Villa Domínguez hace 73 años estaba desocupado del fútbol por aquel entonces y manejaba un remise para ganarse la vida en Martín Coronado, partido bonaerense de Tres de Febrero, donde estaba radicado.
Su proyecto, y sobre todo la forma en que podía "moldearlo" Grondona hacia su objetivo de máxima, que pasaba por la buena conducta más allá de la posibilidad de un buen resultado deportivo, algo más difícil de llevar a cabo con los experimentados Griguol y Griffa, terminaron inclinando la balanza para quien había sido jugador primero pero, sobre todo, un buen generador de futbolistas en la cada vez más reconocida cantera de Argentinos Juniors después.
Lo que seguramente ni Grondona ni el más optimista de los integrantes del Comité Ejecutivo de AFA que aprobó la elección de Pekerman habrían imaginado en esa empresa de limpiar la imagen del fútbol argentino era que ese objetivo y el de los máximos logros deportivos iban a llegar inmediatamente y prolongarse en el tiempo hasta convertir a los seleccionados argentinos Sub 20 en los más ganadores al cabo de las 22 ediciones disputadas hasta ahora.
Qatar 1995 fue el principio de la historia, donde además de lograr el campeonato se le escapó el premio "Fair play" al seleccionado más correcto porque Japón tuvo apenas un par de tarjetas amarillas menos que Argentina. Misión y satisfacción por partida doble para Pekerman y, quizá en mayor medida, para su mentor Grondona.
Y todo continuó en el siguiente Mundial con la conquista en Malasia 1997, y tras una interrupción en 1999 (en Nigeria el campeón fue España) repitió en Argentina 2001 de manera invicta, en la última consagración con Pekerman al frente del equipo nacional.
Otro interregno de títulos en Emiratos Árabes Unidos 2003 donde fue campeón Brasil y nuevamente una seguidilla en Países Bajos 2005, donde un hijo dilecto de Pekerman como Francisco Ferraro llevó a Argentina al campeonato de la mano de una consagratoria actuación de Lionel Messi, ganador del Balón de oro al mejor jugador y del Botín de oro al goleador, aunque haya arrancado el certamen en el banco de suplentes.
Pekerman y su fiel ladero de siempre, Hugo Tocalli (lo sucedió en el ciclo 2002-2005), no pudieron estar en aquella oportunidad porque se habían hecho cargo de la selección mayor que participó del Mundial de Alemania 2006, pero una vez cumplido ese compromiso, este último se hizo cargo del Sub 20 que ganaría el último título mundial de la categoría para Argentina hasta estos días en Canadá 2007.
Además de Messi, Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Javier Saviola, Andrés D'Alessandro, Juan Pablo Sorín, Sergio Agüero, Diego Placente y tantos otros jugadores de porvenir exitoso en mayores fueron parte del legado que dejó José y que a lo largo del tiempo fueron reconocidos como los "Pekerman boys".
"Pekerman es el sobre y yo una simple estampilla", lo elogiaría unos años después Duchini, quien fuera entrenador de los seleccionados juveniles de AFA entre 1954 y 1974 y luego asesor hasta 1994, identificado a nivel clubes con Chacarita Juniors, quien le armó a Menotti aquel primer campeón mundial Sub 20 en Japón 1979 que tuvo a Diego Maradona como figura y a Ramón Díaz como su máximo goleador.
En 1975 hizo lo mismo para el Torneo Esperanzas de Toulon que también ganó Argentina y fue la base del seleccionado mayor que ganaría el Mundial de 1978. "Con Menotti habíamos arreglado que yo armaba los equipos y el viajaba a los torneos", explicó Duchini alguna vez, y ese perfil bajísimo hizo que con el paso del tiempo (falleció en 2006 a los 95 años) fuera paradójicamente reconocido como el "gran olvidado" del fútbol argentino.
Sin embargo entre Ernesto y José hay un vaso comunicante que los convierte en dos "próceres" del fútbol juvenil en la Argentina, ambos cultores del perfil bajo y el juego limpio que alguna vez llevó a que el ex entrenador de las selecciones mayores de Colombia y Venezuela le dijera a un por entonces chico del Sub 20 que si alguien le pegaba "una patada", le respondiera "tirándole un caño". En definitiva, Pekerman es un Duchini con más títulos mundiales. Solo eso.
Con información de Télam