El montañista mendocino Juan Pablo Toro escalará desde hoy la cumbre del volcán Llullaillaco, ubicado en la provincia de Salta y de 6.739 metros de altura, el sexto pico más elevado de Argentina y el séptimo del continente americano, ubicado en la cordillera de Los Andes.
Toro, quien ya escaló varias altas cumbres en nuestro país y en el mundo, estuvo a punto de hacer cima en el Nanga Parbat, en Pakistán, uno de los picos más altos, extremos y exigentes del mundo, de 8.125 metros de altura, ubicado en la cordillera de Karakórum en la cadena asiática del Himalaya.
Lo hizo junto con su comprovinciano Matías "Matoco" Erroz, entre junio y julio del año pasado, pero quedaron a un paso de lograrlo por las malas condiciones generales de la montaña, cuando habían llegado a los 6.800 metros y estaban en el último tramo de la expedición.
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"Mi nuevo objetivo es lograr cumbre en el volcán Llullaillaco y en marzo de este año intentaré escalar el Walter Penk (6.658 metros), en la provincia de Catamarca, la octava cumbre más elevada del país", comentó Toro en diálogo con Télam.
El montañista, de 51 años, añadió que "de esta manera, si logro trepar esos dos picos, sólo me quedará uno de los diez más altos en América: el Nevado Huascarán, en Perú (6.746 metros), al cual ya lo intenté escalar dos veces y quedé muy cerca de lograrlo".
Toro, quien escaló el Aconcagua (6.962 metros), la montaña más alta de Argentina, de América y del resto del Mundo fuera de Asia, tuvo su primera experiencia hace 20 años al hacer cumbre en el volcán Lanín (3.776 metros) en Neuquén, "junto con mi hermano que durante mucho tiempo me acompañó, fue quien me propuso empezar, pero luego él dejó de hacer altura y quedé solo para estas aventuras".
Asimismo, pese a no poder "conquistar" el año pasado el Nanga Parbat, Toro insiste y anticipó que "en el 2023 allí estaremos nuevamente y esta vez, espero poder lograrlo".
"La idea es hacerlo nuevamente con 'Matoco' Erroz, pero él por sus compromisos laborales, quizás no pueda este año encarar otra vez este desafío; de todos modos, en mi excursión pasada hice varios amigos y quedamos que lo haremos en conjunto, tal el caso de los italianos Mario Vielmo y Marco Confortola, dos expertos a nivel mundial, quienes también quedaron sin poder alcanzar la cima en la anterior expedición", prosiguió el montañista.
La aventura del Nanga Parbat quedó a un paso de concretarse, ya que Toro y Erroz llegaron al campo 3, el último previo a hacer cumbre, ubicado a 6.800 metros, pero allí toda la expedición con especialistas del todo el Mundo, desistieron y abandonaron la montaña por el peligro existente.
"Los que más saben de escalar picos extremos, no quisieron subir más, porque había mucho riesgo de quedarnos en el intento, caían muchas piedras a 200 kilómetros por hora. Llegando al campo 3, 6.800 metros de altura y equivalente a cualquier cumbre en Argentina, la del Tres Cruces y otros, por ejemplo, se tomó la decisión de no seguir", comentó Toro, quien además de montañista extremo
es Director Ejecutivo (CEO) de la compañía argentina SIE (Seguridad Integral Empresaria).
Toro explicó al respecto que "el 9 de julio era el día de cumbre, pero estábamos muy cansados, decidimos postergar uno o dos días, pero como los expertos que estaban a 7.200 metros, desistieron y se fueron, decidimos retirarnos. Fuimos los últimos en el campo 3, no quedó nadie. Si bien las cuerdas fijas, que se colocan por seguridad para llegar al pico estaban amarradas a la montaña, estaba muy peligroso el ascenso final, con hielo, roca y una inclinación de 50 grados".
"Después de 36 días en el Nanga Parbat, el 12 de julio nos volvimos con la premisa de volver a intentarlo este año", completó Juan Pablo Toro, quien informó que la expedición al Llullaillaco puede seguirse por su cuenta de Instagram: @juanp_toro.
Con información de Télam