(Por Miguel Pisano) El reconocimiento que los hinchas de Newell's tributaron anoche al exjugador de Rosario Central Ángel Di María en el partido despedida del ídolo "rojinegro" Maximiliano Rodríguez aparece como un hecho inédito que quizá marque un quiebre en la conflictiva historia del clásico rosarino.
"Fideo" Di María había sido invitado por "Maxi" Rodríguez a la fiesta, junto a otros exjugadores como Ezequiel Lavezzi -quien también concurrió y pasó desapercibido por los simpatizantes "rojinegros"- y el "Kily" Cristian González, quien había declarado que "si estaba en Rosario" iba a concurrir, pero finalmente no asistió.
"A la mañana me escribió para preguntarme si estaba seguro de venir, y le dije que se quede tranquilo, que iba a ir por él y porque lo quiero", contó Di María, apenas llegó al estadio Coloso Marcelo Bielsa, del Parque Independencia de Rosario.
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Incluso esta semana, hinchas "canallas" y "rojinegros" habían opinado en las redes sociales, en las que la mayoría de los primeros se oponían a que Di María concurriera a la despedida de la "Fiera" Rodríguez.
Hasta que antes del partido de despedida llegó la prueba de fuego cuando finalmente Di María se asomó a la cancha, donde fue recibido especialmente por el director técnico del seleccionado, Lionel Scaloni, quien le dio un abrazo protector, que seguramente había preparado para hacer las veces de escudo y mitigar los posibles insultos o silbidos de algunos hinchas.
"Fideo me dijo "yo voy a ir igual, no importa que me puteen, porque es tu despedida'", contó el sábado último "Maxi" Rodríguez en el final de la fiesta, entre lágrimas.
Y si el fútbol -en algunas ocasiones- obra milagros, seguramente el título de campeón que los muchachos dirigidos por Scaloni lograron en Qatar el domingo 18 de diciembre último produjo en la víspera uno de ellos: Di María pisó el césped de la cancha de Newell's con los nervios propios del estudiante que enfrenta la mesa examinadora y se abrazó con Scaloni.
Y lejos de sonar los silbidos e insultos esperados hacia cualquier jugador del clásico rival, de a poco comenzó a bajar de las tribunas del Coloso un cántico tímido, que se hizo cada vez más sonoro, y que recorrió el estadio como un mantra impensable en la agitada historia del clásico rosarino: "¡Fideo, Fideo, Fideo...!"
"Hoy ustedes hicieron algo que va a quedar para siempre. Gracias porque respetaron a Pocho (Ezequiel Lavezzi) y Fideo (Di María). Gracias a ustedes dos, que son unos animales, y gracias a todos los hinchas por tanto cariño, que no sé si merezco. Gracias a todos los que vinieron por el esfuerzo que hicieron para venir a jugar un rato, eso es algo que no tiene precio. Hoy es un día inolvidable que me hicieron inmensamente feliz y lo voy a llevar toda la vida", concluyó Rodríguez.
Con información de Télam