El césped del campo de juego del estadio Maracaná de Río de Janeiro, donde este sábado jugarán la final de la Copa Libertadores Boca Juniors y Fluminense, mejoró notablemente su estado al ser escenario de solo siete partidos en los últimos 45 días.
En ese contexto, publicó el periódico brasileño Globo Esporte, los trabajos de restauración de la cancha fueron realizados por la denominada Gestión Maracaná, formada por los clubes cariocas Flamengo y Fluminense, a los que se sumó la Conmebol en la recta final.
Para el sábado, cuando desde las 17 se juegue la final, se espera que se hayan realizado pequeñas reparaciones, incluido el corte del césped y las marcas del campo de juego.
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El campo de juego del mítico estadio carioca fue blanco de críticas e incluso fue motivo de multas impuestas por la Conmebol a Fluminense y Flamengo, que también jugaron sus partidos de local en el mismo escenario.
El último partido jugado en el Maracaná, sede de las finales de los Mundiales de 1950 y 2014, se desarrolló hace 10 días cuando Flamengo venció a Vasco da Gama por 1 a 0 por el Brasileirao.
Con información de Télam