(Por Walter Vargas) Al ritmo de la creciente depreciación del poderío económico de los clubes argentinos, incluso los más grandes de billetera gorda, el fútbol local persiste en una espiral declinante imposible de disimular.
Boca, River y Racing son a primera mirada, y, a segunda también, los que han tenido mayor margen de sostener la base de sus planteles y de incorporar a alguno que otro nombre capaz de hacer un poco de ruido.
Pero, hablando en serio, ¿hay en el fútbol argentino algún cuco acumulador de cracks? ¿Hay algo que se asemeje a un 'dream team'?
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No, definitivamente no.
El 90 por ciento de los mejores futbolistas criollos juegan en Europa o, en su defecto, en otros países de finanzas florecientes: desde las cercanas Brasil y México hasta las lejanas China y Arabia.
¿Qué nos queda, entonces?
Consumada la diáspora de la generación intermedia, a 10 mil kilómetros los futbolistas más destacados hijos de los argentinos que emigraron en plena crisis del 2001, nos quedan seis decenas de veteranos, centenares de juveniles a medio hornear y centenares de mediocres o abnegados alumnos que a duras penas dan el mínimo vital y móvil de la Primera División.
(Para peor, la conducción del fútbol argentino ha instrumentado la genial idea de un campeonato de 28 equipos, formato único de norte a sur del planeta).
Pensemos, por caso, en el nutrido lote de experimentados.
Décadas ha, por caso la de los 60s y los 70s, cuando los futboleros disponían por el mismo precio de una función de Tercera, Reserva y Primera (10, 12 y 14 horas y 11, 13 y 15), la Reserva era cosa de señores de más de 30 que veían cercana la hora del retiro o desplazarse hacia la Primera B.
Aclaración: eran tiempos en los cuales todavía no estaba autorizada la posibilidad de introducir cambios).
En ese contexto, el humilde autor de estas líneas, por caso, se dio el lujo de ver en acción a insignes estrellas del tipo de Amadeo Carrizo, Ernesto Grillo y Norberto Menéndez, entre otros.
Se dirá, con asidero, que la preparación física y las dietas a mano de los jugadores de este tiempo han alargado su vida útil, pero aún hecha esa concesión no es lo suficientemente vigorosa para cancelar la hipótesis de que el campeonato argentino de estos días merece el calificativo de 'vintage' y que, con el debido respeto, muchos de sus equipos no superan la dimensión de Reservas mejoradas.
He aquí, como botones de muestra, la lista de los 68 jugadores de Primera con 34 años o más:
34 años: Milton Casco, Matías Suárez, Emiliano Insúa, Emiliano Vecchio, Damián Pérez, Lucas Pratto, Pablo Piatti, Emmanuel Más, Miguel Torrén, Damián Rodríguez, Bruno Bianchi, Ciro Rius, Guillermo Acosta, Cristian Menéndez, Julio Buffarini, Pablo Vegetti, Franco Jara, Gonzalo Marinelli, Alejandro Rébola, Lautaro Acosta.
35: Sergio Romero, Javier García, Diego González, Gastón Arias, Leo Sigali, Maxi Moralez, Martín Cauteruccio, Lionel Vangioni, Jorge Broun, Carlos Quintana, Luciano Lollo, Ignacio Malcorra, Luis Leal, Luciano Aued, Enzo Kalinski, Lucas Gamba y Gonzalo Castellani.
36: Facundo Roncaglia, Franco Armani, Enzo Pérez, Iván Pillud, Diego Bragheri, Alejando Medina, Alejandro Donatti, Javier Toledo, Sebastián Prediger y Gabriel Hauche.
37: Jonatan Maidana, Carlos "La Roca" Sánchez, Diego Godín, Pablo Pérez, Paolo Goltz, Nicolás Bertolo, José Sosa, Fabián Bordagaray, Diego Novaretti, Ariel Rojas.
38: Mauro Boselli, Juan Manuel Insaurralde, Luis Miguel "Pulga" Rodríguez.
39: Paolo Guerrero, Leo Burián, Mariano Andújar, Lisandro López.
40: Yamil Garnier.
41: Jorge Carranza, Enrique Bologna.
42: José Sand.
Una curiosidad añadida: una docena son arqueros.
Con información de Télam