Rodrigo De Paul y Leandro Paredes traen una cábala que los acompañó en las últimas conquistas del seleccionado argentino, Mundial de Qatar incluido, y evidentemente ningún resultado es capaz de "mancharla", porque la repitieron en el Maracaná aun después de la derrota del pasado jueves con Uruguay en la Bombonera.
Esa cábala consiste en que ambos jugadores ingresen al terreno de juego faltando siempre más de una hora para que comiencen los partidos, se paren en el círculo central y comiencen a comer caramelos Sugus, uno detrás de otro.
Esto se hizo carne también en el público argentino, que juegue donde juegue el seleccionado de Scaloni están esperando ese momento para comenzar con las primeras ovaciones de cada jornada.
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Podría parecer que una derrota incidiría para romper con esa ya costumbre de ambos futbolistas, que lo hacen aun a despecho de que alguno de ellos no juegue, y cumplen el rito a rajatabla, con 10 minutos exactos parados en la mitad de la cancha, hasta que llega el turno de que los arqueros argentinos ingresen para hacer el calentamiento previo.
Y si eso pasó en todo el mundo, que hoy se repitiera nada menos que en el Maracaná, refleja que por más que alguna derrota perdida cruce el horizonte, la cábala, esa cábala, como la pelota de Diego, "no se mancha".
Con información de Télam