(Por Walter Vargas).- En el contexto de un boxeo argentino signado por la mediocridad y de una cierta melancolía de los que peinan canas, tal parece que también en 2022 las posibilidades de las grandes marquesinas y eventuales epopeyas están depositadas en el bonaerense Brian Castaño.
De hecho, El Boxi, que le dicen, regresó a los Estados Unidos con la mira puesta en la revancha con Jermell Charlo, con quien el 17 de julio de 2021 empató en un fragoroso pleito pactado para establecer quién se quedaría con la múltiple corona del peso superwelter.
Tal como había pasado en marzo de 2019 con el cubano Erislandy Lara, quedó toda la sensación de que la igualdad consumada en las tarjetas no se correspondió con la superioridad de Castaño, pero así y todo el dato más revelador, el predominante, facilitó la conclusión de que el muchacho de Isidro Casanova da la talla entre los mejores.
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Esto es: que Castaño (17-0-2) es de los pocos peleadores criollos en condiciones de subir a un ring del exterior con buenas chances de éxito en el primer nivel.
En principio, el desquite con Charlo fue anunciado para el 26 de febrero en Houston, pero esa fecha está sujeta a confirmación, máxime a guisa de las derivas del Covid-19-.
Castaño al margen, recortado como el punto más alto de origen albiceleste, será cuestión de ver la evolución del invicto bonaerense Jeremías Ponce, pupilo de Alberto Zacarías.
El espigado peleador de José Mármol, de 25 años y foja de 29-0 con 19 victorias categóricas, ganó las tres peleas más exigentes que afrontó.
Con apenas 13 salidas rentadas triunfó ante el italiano Francesco Lomasto, en Nápoles, por el título intercontinental de la FIB; con 23 combates se quedó con la faja IBO tras dar cuenta del alemán Rico Mueller en Berlín y en junio de 2021 dio su salto más significativo cuando volvió a destacar en condición de visitante puro (en Newcastle, frente al inglés Lewis Ritson) y se adueñó del número 1 del ranking superliviano de la FIB.
Cuando pelea fuera de la Argentina este pibe se transforma, es una bestia, comentó Zacarías en diálogo con Télam y refirió que su pupilo se presentará en Hamburgo, Alemania, el 19 de febrero, a ocho asaltos ante un oponente aún por ser designado, a la espera de lo que acontezca en el súper combate de unificación a cargo de los británicos Josh Taylor y Jack Caterall.
Como no se descarta que en caso de resultar vencedor, Taylor intente abrirse camino entre los welters y deje las coronas vacantes, por añadidura Ponce deba jugar sus cartas ante el peligroso puertorriqueño Matías Subriel (17-1 y 17 KO).
Otros dos argentinos a la espera de meterse en el reducido lote de los mejores son el liviano Gustavo Lemos y el minimosca Agustín Gauto.
El trasarroyense Lemos (27-0 y 17 KO) afrontará una eliminatoria mundialista versión FIB con el veterano galés Lee Selby, mientras que el panorama de Gauto no se presenta igual de claro: el excelente prospecto originario de Lanús (17-0 y 12 KO) sobrellevó un año de inactividad, regresó con un expeditivo nocaut propinado al ignoto Jaba Memishishi y ahora prevé volver a pelear en mayo próximo en Dubai a los efectos de recuperar ritmo de competencia.
Gauto está bien posicionado entre los minimoscas, pero no descarta bajar a peso mínimo, cuyo límite es de 47,627 kilos y nunca tuvo un campeón nacido en la Argentina.
Un caso singular, digno del libro Guinness, es el del quilmeño Sergio Martínez, Maravilla, que próximo a cumplir 47 años no declina llegar a una oportunidad por el campeonato mundial mediano.
Por lo pronto, el 27 de enero se presentará en el Wizink Center de Madrid versus el inglés Macaulay McGowan (14-2) y en caso de salir airoso prevé otro match hacia finales de mayo o comienzos de junio.
Con información de Télam