La presencia de Lionel Messi y el seleccionado campeón del mundo generó una revolución en La Paz con cientos de fanáticos que esperaron horas por ver a los jugadores.
El plantel dirigido por Lionel Scaloni salió por primera vez del hotel Camino Real para ir al entrenamiento al predio del club The Strongest y cientos de fanáticos de Messi y del seleccionado hicieron guardia para llevarse una foto.
El hotel ubicado en la zona de Calocoto, al sur de La Paz, está ubicado sobre una avenida de doble sentido y el estricto operativo de seguridad generó un caos de tránsito.
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La policía cortó una mano de la avenida General José Ballivián y la otra fue ocupada hasta la mitad por los hinchas que se pusieron a lo largo de las vallas.
Después de varias horas de espera, el seleccionado salió del hotel a las 15.45 locales (una hora menos que Argentina) para la práctica programada a las 16.00 en el predio de The Strongest.
Pese al reclamo de los hinchas que tenían una visión restringida por los micros, los jugadores salieron del hotel y pudieron estar unos segundos ante los lentes de los cientos de teléfonos.
Messi salió junto a Rodrigo De Paul y Ángel Di María y con un pequeño saludo le cumplió el sueño a los fanáticos que aguardaron varias horas la salida del plantel.
A diferencia del arribo del domingo a la noche, los futbolistas no tenían en la mano el tubo de oxígeno personal que recomendó el cuerpo médico del seleccionado para esta visita a La Paz.
Antes de que el equipo argentino saliera del hotel, ocurrió una situación curiosa, ya que el micro del equipo boliviano pasó por la misma vía habilitada para el tránsito mientras se dirigía a su último entrenamiento en el estadio Hernando Siles, donde se llevará a cabo el partido de mañana por la segunda fecha de las Eliminatorias sudamericanas para el Mundial 2026.
En un ambiente amigable y entre risas, los fanáticos que lucían las camisetas "albicelestes" o las del Inter Miami comenzaron a cantar una canción en apoyo a la selección boliviana.
No obstante, minutos después, el centro de atracción volvió a ser el capitán argentino, que a los 36 años y en el día del cumpleaños número 8 de su hijo Mateo, le cumplió el sueño a otros tantos niños.
Con información de Télam