(Por Miguel Pisano) Rosario Central, el "equipo de Miguel" como cantan sus hinchas, mantiene expectante a media ciudad con la posibilidad concreta de gritar campeón el próximo sábado en la Copa de la Liga, en una racha positiva qua parece no tener fin y que se inició cuando le ganó el clásico a Newell's.
En ese sentido, si bien la mente y el corazón de los hinchas "Canallas" está puesto en el partido ante Platense del sábado en la calurosa Santiago del Estero, en la ciudad se considera que el despegue comenzó el 30 de septiembre pasado, también un sábado, en la victoria sobre "Ñuls" con el golazo de tiro libre de Ignacio Malcorra.
Esa tarde Central estaba penúltimo en la Zona A de la Copa de la Liga y miraba el futuro con pesimismo, hasta que el zurdo nacido en Río Colorado clavó un tiro libre magistral en tiempo de descuento y desató el delirio en el Gigante de Arroyito.
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El equipo conducido por Russo evidenció una gran mejoría tras el clásico, con una campaña notable que tuvo como punto alto el triunfo sobre River (3-1) también en el Gigante de Arroyito, donde atesora un invicto de 28 partidos.
Central fue cuarto en la Zona A, igual que Platense en la Zona B, y se clasificó para la Libertadores de 2024 como el tercer mejor equipo de la temporada, detrás de River y Talleres de Córdoba.
"Estoy feliz porque veo feliz a la gente de Central. Hay que recordar de dónde venimos: con Gonzalo (Belloso, el presidente) arrancamos a cinco puntos del descenso y con el club fundido, y hemos sufrido derrotas durísimas, pero siempre nos hemos levantado", confió Russo después de vencer por penales a River en Córdoba.
Otro dato que alienta a Central a cuatro días de la final con Platense es que hubo otras ocasiones en la historia en la que ganó el clásico rosarino y luego festejó con una vuelta olímpica.
El primer recuerdo se remonta a las semifinales del Nacional de 1971, un 19 de diciembre, que inspiró un cuento del enorme "Negro" Fontanarrosa.
Aquella vez, el "Feo" Angel Labruna, un viejo zorro del fútbol, decidió sacar a los jugadores de Central de la fiebre del clásico y concentrarlos en el Monumental de Núñez, donde se jugaría el partido ante Ñuls.
El "Cai" Aimar abrió el tiro libre para el uruguayo Jorge José González, quien mandó el centro desde la derecha y Aldo Pedro Poy metió su recordada palomita, "el gol más festejado del mundo", como celebran cada año los locos de la Ocal, la Organización Canalla para América Latina.
"A veces tengo una pesadilla y me despierto en medio de la noche todo traspirado: sueño que el Cai Aimar se la abre a la derecha al Billy González, pero que el Negro, en vez de tirarle el centro al Aldo, se la devuelve", confía el Colorado Vázquez, un amigo del Negro Fontanarrosa, quien bromeaba que "lo habían echado de la Ocal por fundamentalista".
Aquel glorioso diciembre de 1971, Central venció en el clásico a Newell's en la semifinal y luego le ganó 2-1 la final a San Lorenzo para celebrar su primer título profesional.
Otro antecedente de una victoria en el clásico anterior a un título llegaría en la semifinal del Nacional de 1980, cuando Central goleó 3-0 a Newell's en el Gigante de Arroyito en el partido de ida, con tantos del Tuna Ghielmetti, el Loro Gaitán y Victor Marchetti.
Newell's venció 1-0 en la revancha en el Parque Independencia, con gol de penal de Santiago "Cucurucho" Santamaría, pero Central ya había hecho la diferencia y avanó a la final.
En el partido decisivo, un gran Central conducido por Ángel Tulio Zof goleó a Racing de Córdoba 5-1 en el partido de ida en el Gigante de Arroyito, con goles del "Patón" Bauza, el Tordo Palma, Víctor Marchetti, Oscar Américo Agonil y Guillermo Trama, mientras Atilio Oyola marcó el descuento.
Central perdió 2-0 en la revancha, jugada en el entonces estadio Chateaux Carreras, que ahora se llama Mario Alberto Kempes, con tantos de Oyola y el Pato Gasparini, pero se consagró campeón por tercera vez.
Más cerca en el tiempo, el Central del Patón Bauza venció 2-1 a Newell's en la semifinal de la Copa Argentina de 2018, cuando el Chaqueño Herrera metió su recordado gol de taco el 1 de noviembre, en un partido jugado sin hinchas en el estadio de Arsenal.
Fernando Zampedri metió el segundo y el 6 de diciembre Central ganó la Copa Argentina al vencer por penales a Gimnasia y Esgrima La Plata en Mendoza, después de empatar en un tanto.
Y ahora Central dio el gran golpe en el clásico y desde entonces construyó esta gran campaña que lo llevó hasta la final del sábado en Santiago del Estero, que ha revolucionado al mundo "canalla".
El presidente Gonzalo Belloso gestionó hasta último momento el cambio de sede por una más grande porque Central tiene 85.000 socios y sólo unos 20.000 podrán entrar al estadio Madre de Ciudades, donde hasta plantearon la posibilidad de retirar butacas de las plateas para que pudieran entrar más hinchas.
En cuanto a la formación, Russo planea repetir el equipo que venció a Racing y River en series de penales, aunque eso lo definirá entre jueves y viernes.
La final ante el "Calamar" significará para Russo la posibilidad de tomarse revancha de aquélla definición de la Copa Argentina de 2014 que perdió con Huracán.
Con información de Télam