(Por Héctor Laurada) La selección argentina de fútbol consiguió en el transcurso del segundo semestre de 2021 todas aquellas cosas que nunca había alcanzado en los últimos 28 años, y como ellas están ligadas a un verbo como el "ganar", que se permite conjugar con cualquier otra acepción semántica, bautizarla como la "Scaloneta" en específica referencia a su entrenador, Lionel Scaloni, fue la marca popular que se le puso para diferenciarla de otras fallidas empresas anteriores.
No hubo desde la obtención de la Copa América de Ecuador 1993 hasta estos días, ni "Basiletas", "Maradonetas", "Batistetas", "Pekermanetas", "Bielsetas", "Passareletas", "Sabelletas", "Martinetas", "Bauzetas" ni "Sampaoletas" que simbolizaran los buenos rendimientos del seleccionado argentino, pese a que varios de esos anteriores ciclos en el seleccionado argentino supieron tenerlos.
Pero, como quedó dicho, ninguno de ellos pudo subirse a lo más alto del podio. Y eso que con Alejandro Sabella se alcanzó nada menos que el subcampeonato mundial en Brasil 2014 y en los años sucesivos Argentina fue también segunda en las Copa América de Chile 2015 y Centenario de Estados Unidos 2016.
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Pero como el exitismo está para sostener solamente al primero y de allí para bajo a nadie más, bastó que por fin el seleccionado nacional se alzara con la Copa América de Brasil 2021 venciendo justamente al seleccionado local ni más ni menos que en el mítico Maracaná, en la final del sábado 10 de julio, para que se desatara una "Scalonimanía" que resumía e incluía en ella hasta al propio capitán Lionel Messi y al perdón público y el arrepentimiento por tantas críticas al autor del gol en ese partido: Ángel Di María.
Pero esta incipiente veneración por todo lo que hiciera la selección (y la mayoría de sus integrantes), no se quedaría en eso y el 16 de noviembre, otra vez con Brasil por delante, registraría un empate sin goles en San Juan que la terminaría clasificando para el Mundial de Qatar 2022 cuatro fechas antes de la finalización de las Eliminatorias Sudamericanas, como nunca antes había sucedido en estas instancias previas a una cita ecuménica.
Otra vez entonces el hincha argentino y el no tanto, el identificado con los colores celeste y blanco ante cualquier justa deportiva que reporte de una participación nacional, volvió a entronizar por supuesto a los mencionados Messi y Di María y, detrás de ellos, al "Dibu" Emiliano Martínez, atajador de penales claves en la definición de la semifinal de Copa América ante Colombia luego de empatar 3 a 3 en Brasilia.
El actual arquero del Aston Villa inglés contuvo tres al grito de "¡te como!" lanzado a los ocasionales pateadores, lo que lo hizo trascender casi tanto como la cantidad inédita de contenciones posteriores que le dieron a Argentina el pasaje a la final.
Así el exIndependiente se subió al podio del "aplausómetro" activado por el aficionado argentino ante cada presentación posterior de la selección, detrás de los mencionados "Lío" y "Fideo", superando por apenas un puñado de palmas a la otra gran figura surgida en esa cita brasileña, sobre todo después de su soberbia actuación en la final: el volante Rodrigo De Paul, una especie de reencarnación 2.0 del "Cholo" Diego Simeone jugador, que hoy como entrenador lo dirige en Atlético de Madrid.
Pero en esos cuatro nombres radicó el secreto del éxito en el armado de la selección que llevó adelante Scaloni con el imprescindible respaldo creativo de sus tres ayudantes de hierro: Pablo Aimar, Roberto Ayala y Walter Samuel, ya que entre todos supieron rodearlos de piezas que encastraron perfectamente para darle forma a un mosaico futbolístico que hoy por hoy les permite parafrasear a Alfio Basile cuando ante cualquier anuncio de un partido de la selección surgen inmediatamente "los 11 de memoria".
Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero (la otra gran aparición de este año), Nicolás Otamendi y Marcos Acuña; Rodrigo De Paul, Leandro Paredes y Giovani Lo Celso; Lionel Messi, Lautaro Martínez y Ángel Di María son esos 11 titulares a partir de los que se cimentó la base del éxito del seleccionado argentino que tiene ahora un año por delante para construir su obra más importante en la lejana Qatar.
Pero a esta selección cosecha 2021 en general y a Scaloni y su cuerpo técnico en particular, hay que sumarle una tercera conquista a las mencionadas Copa América e inédita clasificación tan anticipada a una Copa del Mundo; algo también sin antecedentes a partir de un seleccionado argentino: el séptimo Balón de Oro conseguido por Messi.
Y eso es tan así porque fue reconocido como tal por propios y extraños, empezando por el propio Lionel jugador, quien al recibir el galardón se preocupó por agradecer en primera instancia por esa distinción "a los compañeros del seleccionado argentino y al cuerpo técnico".
"Por eso ahora quiero llevar este Balón de Oro a Argentina y mostrarlo allí, como hice con los seis anteriores en Barcelona", refrendó "Lío" sobre la vital incidencia que tuvo el seleccionado nacional para que él ganara no solamente su primer y tan anhelado título con el representativo albiceleste mayor, sino también ese trofeo entregado por la revista France Football al mejor futbolista del mundo.
Y por carácter transitivo entonces, si esta vez Messi ganó por la selección más que la selección por Messi, será justo adjudicarle también su participación clave en la obtención de este trofeo al seleccionado argentino, como nunca antes.
Cada 2 de febrero en los Estados Unidos y Canadá se celebra el "día de la marmota", que no es otra cosa que la observación de este roedor de alguna de las madrigueras que utiliza para hibernar durante los crudos inviernos norteamericanos, y determinar, de acuerdo con su actitud, cuando tardará en llegar un clima más benévolo.
Si ese día está nublado y la marmota "no ve su sombra", entonces abandonará inmediatamente la madriguera y eso significará la pronta finalización del invierno, pero si por contrapartida sale en una jornada soleada y puede observarla con nitidez, volverá a recluirse y eso se traduce en otro largo mes de clima hostil.
Será por eso entonces que a partir de que el seleccionado argentino "de Scaloni", que salió en este 2021 de un prolongadísimo período de cielos nublados para volver a ver el sol de la bonanza futbolística y consecuentemente con ello alcanzar un nuevo título, más que el día, este sea el "año de la Scaloneta".
Y para certificarlo hasta la Federación de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS) le puso la rúbrica al elegir al entrenador santafesino de Pujato como el "segundo mejor del año" por detrás del italiano Roberto Mancini. Y eso que en su carrera como entrenador, Scaloni "solamente dirigió al seleccionado argentino".
Con información de Télam