El árbitro internacional brasileño Igor Benevenuto, de 41 años, manifestó que es homosexual y que llegó a "odiar al fútbol" por tratarse de un ámbito tan machista.
"Soy gay, me atraen los hombres y el fútbol es un deporte en el que crecí y al que llegué a odiar porque no soportaba el ambiente plagado de machismo y de prejuicios. Por eso, para poder sobrevivir, inventé una versión falsa de mí mismo. Finalmente puedo ser yo mismo, una persona normal", dijo ayer Benevenuto en declaraciones a la cadena Globo que replicó la agencia de noticias ANSA.
El árbitro, quien dirigió más de 50 partidos en la primera división del fútbol brasileño y es el primer juez internacional FIFA en actividad que contó que es gay, sostuvo: "Ustedes no son mejores que yo por el sólo hecho de que les gustan las mujeres".
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Ser árbitro me colocó en una posición de poder que necesitaba. ¿Lo escogí para esconder mi sexualidad? Sí. Pero es más que eso. Me posicioné como el dueño del partido, el tipo de la autoridad, y eso remite automáticamente a un figura de fuerza, repleta de masculinidad", expresó Benevenuto.
"Muchos suponen que el fútbol es solo cosa de hombres, yo sabía desde mi adolescencia que era homosexual. Pasé mi vida sacrificándome a mí mismo para protegerme de la violencia física y emocional que conlleva la homofobia y el fútbol es uno de los lugares más hostiles para un homosexual", destacó.
"Para poder tener amigos debí fingir que era heterosexual, pero era sólo una puesta en escena y cuando mis familiares o amigos me llevaban a la cancha, para mí era una tortura", admitió en un podcast el nacido en Minas Gerais.
Benevenuto dijo que llegó a "probar con tener una relación con las mujeres" porque "en mi familia la religión siempre estuvo muy presente y la Biblia dice que el hombre que gusta de otro hombre es un pecador".
"Todo eso me llevó a pensar que tal vez estaba equivocado durante mucho tiempo y era un muchacho triste", reveló el árbitro que durante la pandemia de coronavirus -que tuvo consecuencias tan terribles en su país- dejó temporalmente el fútbol para trabajar como enfermero.
Por último, Benevenuto concluyó: "Hay árbitros, jugadores, técnicos, casados, con hijos, separados, con vida doble Hay de todo Existimos y merecemos el derecho de hablar sobre esto, de vivir normalmente".
Con información de Télam