Asesinaron a Andrés "Pillín" Bracamonte, jefe de la barrabrava de Rosario Central, baleado tras el partido contra San Lorenzo. La interna continúa entre los violentos del "Canalla" y tiene en vilo a una de las principales ciudades de Santa Fe. La noche del sábado 9 de noviembre del 2024 fue una de las más sangrientas de la provincia en los últimos tiempos, en lo que tiene que ver con el fútbol argentino.
El líder de "Los Guerreros", como conoce a la barra auriazul, fue acribillado una vez culminada la derrota por 1-0 a manos del "Ciclón" de Miguel Ángel Russo. Sin embargo, Bracamonte no fue el único porque también mataron a Daniel "Rana" Attardo, el segundo cabecilla del grupo de violentos de la institución rosarina.
Asesinaron a "Pillín" Bracamonte y a "Rana" Attardo, los dos jefes de la barra de Rosario Central
Las primeras versiones indican que una moto con sicarios a bordo interceptó el vehículo en el que se trasladaban las dos víctimas fatales en las intersecciones de las calles Reconquista y Avellaneda, a pocas cuadras del estadio "Gigante de Arroyito". El primer deceso que se confirmó fue la de 'Rana', mientras que minutos después se conoció que "Pillín" también había perdido la vida por los impactos de bala. Los dos habían sido trasladados al hospital Centenario, donde no pudieron ser salvados y fallecieron. "Braca" ya había sido baleado hace tres meses y había recibido amenazas de muerte, después del clásico ante Newell´s el 10 de agosto pasado.
De acuerdo a las primeras reconstrucciones, Attardo era el que manejaba la camioneta blanca y "Braca" estaba a su lado como acompañante. Según el parte policial, cuando los efectivos llegaron al lugar de los hechos ya no encontraron a ninguna persona herida, aunque sí observaron vainas servidas y una mancha de sangre sobre el pavimento. El caso quedó en manos de la Fiscalía de Homicidios Dolosos que dirige el doctor Alejandro Ferlazzo.
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De acuerdo con TyC Sports, Bracamonte también había sido noticia por el pedido de dos años de prisión en un juicio por violencia de género que le había iniciado su exesposa en el 2018. El primero de los hechos se dio cuando la expareja fue corrida por bate de beisbol en su casa, al pedirle la separación, y después habría sido amenazada cuando salía de la misma propiedad.